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Historia de los engrillados: la tradición centenaria entre Atlixco y Huaquechula

  • Angelina Bueno
Aunque los engrillados de Atlixco son más conocidos, la práctica proviendría de Huaquechula hace 200 años, fusionando la cultura indígena con la evangelización española
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Si bien los engrillados de Atlixco, específicamente de San Francisco, son a la fecha los más reconocidos a nivel nacional y mundial, todo parece indicar que fue en Huaquechula hace 200 años donde surgió esta actividad que emula el sacrificio sin llegar a la crucifixión que Jesús hizo para el perdón de los pecados de la humanidad, según indica la palabra cristiano/católica.

Las voces antiguas en el municipio de Huaquechula indican que una de las manifestaciones de la mezcla entre la cultura indígena y el proceso de evangelización es precisamente el fenómeno de los engrillados, ya que en España existen actividades religiosas donde los participantes suelen flagelarse para obtener el perdón de sus pecados y también hacen procesiones.

Cabe recordar que antes de la existencia de Atlixco, el primer asentamiento humano en esta región fue en Huaquecholan, hoy Huaquechula, donde comenzó a edificarse hace 500 años el exconvento franciscano con el atrio más grande de la región, las dimensiones del mismo corresponden directamente a la cantidad de gente que cabía en él para evangelizarlos.

Muchas de las tradiciones en este municipio fueron adaptadas de la religión católica a la pagana, es decir a los rituales que realizaban los primeros pobladores con la intención de lograr la evangelización, ejemplo de ello son los altares de muertos y el día de la Santa Cruz que coincide con el inicio de la siembra y la adoración que los antepasados hacían a los dioses prehispánicos para tener buenas cosechas y lluvias; esto último fue comentado en diversas entrevistas por el hoy cronista del municipio Silverio Reyes Sarmiento

Por esto mismo cobra más fuerza la idea de que los engrillados son una de las formas en que los españoles introdujeron sus creencias adaptándolas a la idiosincrasia de los habitantes de ese entonces. 

Los engrillados y su llegada a Atlixco

Fue 90 años después de su existencia en Huaquechula que se tiene registro del primer engrillado en Atlixco, un hombre de nombre José Muñoz apodado "la Becerra" y de oficio panadero que vivía en la calle que hoy lleva por nombre 16 de Septiembre; él ofreció este sacrificio a cambio de no padecer más las luchas nocturnas con el maligno.

La leyenda cuenta que el hombre hizo un ritual para conquistar a la mujer de sus sueños, parte de ese ritual era extraer del cementerio el dedo de un cadáver. A pesar de que consiguió hacerlo, después indicó que luchaba por las noches con el demonio, quien lo arrastraba y lo golpeaba.

De esta forma buscó unas cadenas y varas de espinas para engrillarse, fue hace 109 años cuando el hombre hizo el primer recorrido dentro del atrio del exconvento franciscano en Atlixco durante un Viernes Santo. De ahí nace esta tradición que año con año atrae a turistas y locales, convirtiéndose cada vez más en un producto turístico y no en un acto de fe, devoción y sacrificio para los observadores.

Se desconoce si José Muñoz tomó este ejemplo de las prácticas que ya se realizaban en Huaquechula, pero todo parece indicar que esta tradición viene del municipio vecino, sin embargo, debido a que Atlixco es un punto que se ha convertido en el centro de la región han tenido mayor exposición y es más conocido el grupo de engrillados que dejó "La Becerra".

Desde entonces, 1910 aproximadamente, año con año esta procesión ha ido creciendo llegando a contar hasta con 100 participantes en algún momento de la historia reciente, aunque la pérdida de seguidores de la religión católica también ha afectado este evento, ya que en 2024 solo fueron 32 hombres quienes se engrillaron. 

Fue gracias a la familia Garcés, comandada por don Jaime quien ya falleció y que en su momento fue uno de los engrillados de San Francisco, que este acto de fe sobrevive a nuestros días, pues son sus hijos, mujeres y hombres, quienes le dan continuidad. Ellas en la organización y ellos en algún momento también como encadenados, aunque actualmente apoyan solo la logística del evento.

Para Alicia Garcés, integrante del comité organizador, este acto de fe no se puede igualar al realizado por Jesucristo, quien se sacrificó por la humanidad para el perdón de los pecados, pero muestra la devoción que los participantes tienen para agradecer las bendiciones recibidas durante el año y solicitar la protección para el tiempo venidero.

Es preciso señalar que los participantes provienen no solo del municipio sino de otras partes del estado, del país y algunos son atlixquenses radicados en Estados Unidos que regresan específicamente para participar en esto. La mayoría se engrilla por tres años en promedio como una manda, aunque también hay quienes llevan más de 10 años realizando esta ofrenda.

La multiplicación de la fe

Fue hace 50 años cuando esta manifestación de la fe comenzó a multiplicarse, el primer lugar a donde se trasladó fue a la junta auxiliar de Metepec donde se reprodujo la forma y el fondo de este sacrificio con diferente escenario, pero la misma devoción.

Posteriormente hace 40 años, los hermanos Alarcón, quienes fueron participantes en San Francisco la llevaron a la zona norte de la mancha urbana, creando un grupo aparte que además se caracteriza porque fue el primero en permitir la participación de mujeres engrilladas, ellas han recorrido siete colonias desde hace 30 años llevando espinas en las extremidades y cadenas hasta hace unos años; antes de que los calores fueran más intensos lo hacían totalmente descalzas.

Finalmente está la procesión de la colonia Álvaro Obregón, al sur-poniente de la ciudad, en donde fue hace 30 años que surgió este grupo que ya también permite la participación del género femenino. 

En total en toda la región se calcula en este Viernes Santo fueron alrededor de 100 personas la que se encadenaron, espinaron y recorrieron más de 30 kilómetros en conjunto.

El valor al sacrificio espiritual

En su mayoría quienes se engrillan coinciden en que este es un acto de renovación espiritual principalmente. Algunos se preparan física, emocional y religiosamente antes de este viernes, otros solo llegan y recorren el camino en donde van dejando sus pecados a través del caliente suelo que les hace arder las plantas de los pies.

También lo dejan en cada picor que dan las espinas que llevan en sus extremidades y sin lugar a dudas en las cadenas que les aletargan el paso y que les queman el dorso al calentarse con la potencia del astro rey.

Los engrillados refieren que solo así vacían su alma y llenan su espíritu de fe y esperanza, pues también aprovechan para pedir por la protección de sus seres queridos. Al terminar el recorrido, llegan casi a gatas al templo de donde salieron cumpliendo con su manda y con su Dios. Se les puede ver sostenidos e incluso casi siendo cargados por sus acompañantes para terminar la procesión.

Una de las mujeres engrilladas en la colonia Altavista aseguró que en este su segundo andar encadenado iba por su familia. Carlo uno de los participantes en San Francisco se negó a compartir la razón de su sacrificio, pero aseguró que el recorrido renueva y limpia, y que sería algo que repetirían. (EG).

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