• Medio Ambiente

Microplásticos, el contaminante que está hasta en el aire

  • Raul Lazcano
Se calcula que estas partículas se encuentran ya en al menos tres cuartas partes de la humanidad y su producción crece a un ritmo de 900 por ciento
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Un mal hasta hace pocos años desconocido ha alcanzando a la mayor parte de la humanidad, sus orígenes se remontan a mediados del siglo pasado con la manufacturación masiva de productos derivados del petróleo: los microplásticos.

Si bien el primer compuesto sintético a partir de hidrocarburos data de 1860 con la invención del celuloide, la elaboración industrial a gran escala de plásticos comenzó poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Se estima que desde entonces 8.3 mil millones de toneladas de este material se crearon en el planeta y cada año se supera su producción en un 900 por ciento, de acuerdo con datos de Plásticos Hita, empresa europea, benefjiciaria del Fondo Europeo de Desarrollo Regional para mejora del uso y desarrollo de tecnología relacionada con el tema.
Actualmente científicos de todas partes del mundo han descubierto su presencia en animales de todo tipo, incluido el ser humano, y en todos los ecosistemas de la tierra.
¿Qué son los microplásticos?
Como su nombre lo indica, los microplásticos son partículas microscópicas de tamaños menores a cinco milímetros (mm) compuestas de forma parcial o total por polímeros sintéticos que se originan a partir de la descomposición de productos plásticos de mayor tamaño o que fueron creados directamente en dichas medidas como las microperlas —estas llegan a medir 1mm— , utilizadas en limpiadores y exfoliantes, tales como productos de cuidado personal: cremas faciales, dentrífico y enjuagues corporales.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de 2023, en el mundo se producen aproximadamente 400 millones de toneladas de desechos plásticos anuales y estiman que esa cantidad se triplique para 2060; cerca de la mitad terminará en rellenos sanitarios, lo que contaminará depósitos subterráneos de agua y la tierra en donde se encuentre. Menos de la quinta parte de esos desechos será reciclado.
Aún peor, los nanoplásticos
La diferencia entre los micro y nanoplásticos se basa en el tamaño, puesto que los segundos son menores a los micrómetros —la millonésima parte de un metro— e incluso llegan a los nanómetros —milmillonésima parte de un metro— ; la tecnología actual permite identificar partículas plásticas de hasta 100 nanómetros.

El daño que podrían causar los microplásticos aún se estudia, aunque se cree que sus afectaciones pueden ser inconmensurables. Los nanoplásticos, al ser tan minúsculos, son más difíciles de analizar, pero al igual que los otros contaminantes, el daño que pueden provocar se calcula inmenso.

Se estima que cerca de 90 mil micro y nano partículas plásticas se alojan en nuestros cuerpos cada año, derivado del consumo de productos alimenticios y bebibles cuyo contenedor sean de material sintético.

¿Qué enfermedades pueden causar los micro y nanoplásticos?

Debido a su pequeño tamaño y acorde a análisis científicos, se sabe que los micro y nanoplásticos ya se encuentran esparcidos en diferentes partes del ecosistema terrestre, flotando en el aire que respiramos así como en las aguas que rodean el planeta, además de compartir espacio con los demás minerales que componen la tierra que pisamos, incluso llegando a estar en nuestro cuerpo debido a la ingesta de alimentos contaminados, principalmente la carne y productos envasados en materiales de plástico como agua potable.

En 2022 científicos alemanes e italianos descubrieron la presencia de micro y nanoplásticos en el torrente sanguíneo de las personas y en la leche materna, respectivamente. En ambos hallazgos tres cuartas partes de los sujetos de estudio presentaron los contaminantes alojados en dichos fluidos corporales, que correspondían a 1.6 microgramos por mililitro, que proporcionalmente equivale a una cucharadita de plástico por cada 10 mil litros de agua.

En los primeros días de marzo de 2024, una publicación en New England Journal of Medicine aseguró que los microplásticos y nanoplásticos en el cuerpo humano aumentan cerca de 4.5 veces la probabilidad de morir por causas relacionadas con problemas cardiovasculares, como infartos y derrames cerebrales.

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desde hace un par de años, aseguran que estos contaminantes pueden alojarse además de en la sangre en otras partes del cuerpo, como hígado, riñones, pulmones e incluso el cerebro.

Sostienen que pueden provocar inflamación en dichos órganos e incluso podrían modificar las conductas naturales, físicas y mentales, de los afectados; aunque los estudios al respecto continúan, los investigadores aseveran que las moléculas plásticas pueden propiciar o acelerar la aparición de enfermedades degenerativas, trastornos neurológicos o y condiciones neurodegenerativas. (MCJ)

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