“A la hora de cerrar mi negocio ya nada más estaba yo viendo a ver si no aparecía el Polo”, es la versión de una de las pobladoras de San Miguel Tianguistenco, quien asegura que si Apolonio hubiera sido una persona de bien, los mismos campesinos no le regalarían uno, sino cinco brócolis.

Pobladores de la localidad de San Miguel Tianguistenco, rechazan la versión de que el episodio del primer linchamiento en Puebla del 2023, del hombre conocido entre la población como “Polo” el jueves pasado, haya sido a causa de dos brócolis.

Te recomendamos: Linchamientos en Puebla: 13 intentos en lo que va de 2023, confirma Huerta

Apolonio, el hombre que murió a causa de la brutal golpiza y quemaduras la madrugada del pasado jueves en el municipio de Tlahuapan, Puebla, es señalado por mantener atemorizadas a las y los habitantes de la referida junta auxiliar por varios delitos en la zona.

Ante lo cual, niegan la versión vertida por el propio fiscal Gilberto Higuera Bernal, de que la causa del ataque haya sido por haber tomado un par de brócolis.

Las noticias al momento: suscríbete al canal de Telegram de e-consulta

Algunos testimonios señalan a la propia alcaldesa de Tlahuapan procedente del PRI, Rosiceli Díaz Hernández, de haber aportado la versión del par de brócolis como la causa del enojo de las y los pobladores a la propia Fiscalía General del Estado (FGE).

Una serie de declaraciones en poder de e-consulta, revelan que Apolonio o “Polo”, como lo conocían en la localidad, tenía en vilo a las personas al dedicarse al robo no solamente de verduras, sino hasta de casa habitación, animales de ganado y bicicletas.

Uno de los testigos guardados en audio revela que la madrugada en que Apolonio fue asegurado por la población, éste se encontraba sustrayendo la tubería de un invernadero particular en el que se cultivan diferentes hortalizas.

Pero las acusaciones de las presuntas actividades delincuenciales van más allá del robo de hortalizas o insumos del campo: a Apolonio lo señalan hasta de haber encañonado a una pequeña de apenas cinco años de edad.

Según los relatos de las y los pobladores, el joven utilizaba su arma de fuego con la que soltaba balazos al aire en las calles de la localidad, para mantener atemorizada a la población y de esa forma poder delinquir, principalmente asaltando a estudiantes y a los negocios locales.

Además de que Apolonio no operaba en solitario, tras él se encontraría una peligrosa cuadrilla de presuntos ladrones que tienen azorada a la comunidad de San Miguel Tianguistenco, en Tlahuapan, tanto de día como de madrugada.

Otro de los relatos que minimizan la versión de los dos brócolis, señalan que Apolonio y demás involucrados eran capaces de hacer cargas de vacas, caballos, bicicletas y tanques de gas cuando delinquían, mismos que se llevaban a vender.

Agrega que al ser la mayoría de las pobladoras y pobladores de labor campesina, si un hombre se hubiera acercado a pedir un brócoli o coliflor, éstos no le regalarían uno, sino hasta cinco piezas.

“A la hora de cerrar mi negocio ya nada más estaba yo viendo a ver si no aparecía el “Polo”, porque me daba hasta miedo… toda la gente sabe qué clase de hombre era. Que quede claro que no fue por un brócoli, ¿a las 3 de la mañana? ¡Por Dios!, aquí todos somos campesinos y si él hubiera pedido una coliflor, no le dan una le dan cinco”.

Por ahora pobladoras y pobladores se mantienen con miedo de ver a la policía en las inmediaciones de la localidad, cosa que no pasaba como cuando denunciaban a Apolonio ante las autoridades anteriormente.

Otro de los pobladores asegura que cada vez que este chico era denunciado ante la Policía local, solamente era desarmado y asegurado por poco tiempo, por lo cual acusan a la propia alcaldesa Rosiceli Díaz Hernández de omisa ante la inseguridad permeada en San Miguel Tianguistenco.

Entre el temor y el desconcierto de las amenazas de ser encarcelados, la población ha lanzado un llamado al fiscal Gilberto Higuera Bernal a acudir al lugar para desmentir todas las versiones por las que se han estigmatizado.

Al mismo tiempo solicitan a las autoridades competentes a redoblar la vigilancia en la zona, ya que no solamente señalan a Apolonio sino a más personas que se dedican a las actividades ilícitas.

Por lo cual, no exigen que a quienes señalan como delincuentes tengan el mismo destino mortal pero sí que la autoridad estatal intervenga para detenerlos y reforzar la seguridad.

Además de que buscan limpiar su imagen como pobladoras y pobladores dedicados a la producción de hortalizas y a la ganadería: “San Miguel Tianguistenco no es un pueblo de asesinos”, aseguran.