- Seguridad
Siete días sin Karla Estefanía; desapareció en Cuautlancingo
Tener camioneta o automóvil propio para evitar exponerse a la inseguridad que implica viajar en el transporte público, ya no es suficiente. Dedicarse al estudio y ejercer profesionalmente con miras a una vida estable y de bienestar o tener edad suficiente como para “cuidarse sola”.
Mucho menos hablar de trasladarse a otro lugar distinto al de procedencia y emprender con éxito algún negocio.
Ni siquiera es garantía trabajar, tener negocio o consultorio, a unos metros o incluso dentro de su propio domicilio. Nada de eso es suficiente.
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De cualquier forma, hay algún criminal con el libre albedrío de utilizar el vehículo de su víctima para secuestrarla y trasladar su cadáver a otro estado de la república.
Porque, aunque tengan 18, 25, 43 años, sean empresarias, psicoterapeutas, nutriólogas, amas de casa, trabajadoras, las mujeres son vulnerables ante la ola de desapariciones que mantiene en vilo a la sociedad poblana desde inicio de año; los tentáculos de la inseguridad las están alcanzando.
La zona metropolitana del estado de Puebla, incluyendo las Cholulas y Cuautlancingo han tomado especial relevancia en las últimas dos semanas en Puebla, dada la situación de desapariciones y feminicidios.
Tal es el caso de Karla Estefanía Trejo Rosas, joven guanajuatense que se encuentra desaparecida desde el 2 de enero de 2023, vista por última vez saliendo de su vivienda en Sanctorum en el municipio de Cuautlancingo.
Se busca Karla Estefanía Trejo Rosas
— CAFIS AC (@CAFIS_AC) January 7, 2023
Vista por última vez el 2 de enero en Cuautlancingo #Puebla pic.twitter.com/iwyG1BUwkE
Familiares, amigas, amigos y conocidos de su círculo se encuentran publicando la ficha emitida por la Fiscalía General del Estado por las redes sociales en las que se pide el apoyo para su localización.
29 años y profesional de la Nutrición egresada de la Universidad de Léon, Karla Estefanía también es foránea, similitud que guarda con su vecina de municipio, Wendy Hellen, procedente de Perú y con Maru Ocampo del estado de Morelos; aunque la diferencia es que las últimas dos vivieron la desgracia de que sus victimarios las asesinaran y trasladaran sus cuerpos en Tlaxcala.
Entre tantos “tambiénes”, Karla Estefanía debía llegar a trabajar a su propio consultorio, ubicado a unos metros cruzando la calle de su domicilio. El suplicio comenzó cuando sus padres se percataron de que no respondía los mensajes de texto ni contestaba las llamadas.
Trasladarse al consultorio de su hija y constatar que no estaba, terminó de aplicar toda la dosis de angustia, lo que los llevó a alertar de inmediato a las autoridades y levantar la correspondiente denuncia ante la FGE que emitió el boletín de búsqueda a través de la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares.
Karla Estefanía es asidua de la cultura K-Pop y es fan de una popular banda surcoreana de nombre Super Junior. Las publicaciones de su círculo de amistades en Facebook sugieren que tiene previsto asistir a un concierto de ellos en el mes de febrero en la CDMX.
Irónicamente su última publicación en su perfil de Facebook, Karla Estefanía pedía apoyo para la localización de la peruana Wendy Hellen Sandon, empresaria radicada en Puebla desde hace varios años, quien desapareció en Cuautlancingo desde mediados de diciembre y hallada sin vida en el estado de Tlaxcala días después.
En medio de la inquietante trama de angustias, en el capítulo de Karla Estefanía ya se cumple una semana que no se sabe nada de ella. El apoyo de búsqueda para dar con su paradero sigue activo en redes sociales.