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Corrida Guadalupana: Diego San Román se dio un arrimón
Después de algún tiempo de ausencia, regresó el toro auténtico a la Ranchero Aguilar de Tlaxcala en la corrida Guadalupana. Con edad y trapío lo de la ganadería de Golondrinas, con la aclaración que el tercero fue un toro feo, cornalón, escurrido de carnes, zancudo, sólo hubo ovacionados al aparecer en el ruedo, primero, cuarto y quinto; en el arrastre aplaudieron: segundo cuarto y quinto. El palco de la autoridad concedió una oreja a Gerardo Rivera y otra a Arturo Macías sin motivo taurino y le tuvo que otorgar dos a Óscar San Román.
La faena del debutante San Román y un extraordinario par de banderillas del subalterno Gerardo Angelino, fueron lo mejor de un festejo largo que inició a las 16:30 y terminó 19:34, ya la noche estaba fría, transcurre mucho tiempo entre el arrastre de un toro y la salida del siguiente. Otro asunto destacable fue el segundo tercio de los seis toros: se cumplió completo, algo que no es habitual en el coso de la capital tlaxcalteca.
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Dos verónicas y una media los lances de recibo de San Román. A ese tercero lo picó Eduardo Reyna padre. Bien aviado Diego San Román con dos de los mejores subalternos de México: Gerardo Angelino y Fernando García hijo, ambos lucieron en la brega y de la misma manera con los palos. Destacó el tercer par, el toro se fue a tablas para evitar que le dieran capotazos al colocarlo en los medios, Gerardo Angelino también se colocó enhilado a tablas; citó, cuarteó yendo hacia el tercio, el toro se arrancó. Angelino cuadró en la cara, clavó, la reunión fue exactamente frente al toro; logró un par extraordinario que puso de pie a los aficionados. Salió al tercio a recibir una tonelada de aplausos.
Diego tomó la muleta, logró un par de tandas templadas por el lado derecho, por el izquierdo el cornúpeta le tiró una tarascada, de milagro no lo prendió, el toro perdió fuerza y San Román se pegó un arrimón de verdad, sin teatro ni coba, pisó terrenos comprometidos, el peligro siempre estuvo latente. Una buena estocada y una oreja hubiera sido suficiente premio, pero, al cierra plaza lo recibió con verónicas flexionando la pierna de salida, pico Eduardo Reyna hijo, quite por tafalleras, dos muy ajustadas. Fernando García se luce con los palitroques. San Román inicia con un par de muletazos por la espalda cambiando el viaje del toro, una tanda con la mano derecha, ajustándose. El toro embestía sin emotividad, termina parándose. Un feo metisaca pone fin al festejo. Salió a hombros.
Abrió plaza Arturo Macías. A mi entender, el picador Juan Roberto Cobos le pega fuerte a “Caminante” que termina defendiéndose. Macías quitó por chicuelinas, bien con los palos Alejandro Prado que se la juega poco con la muleta a un toro que por el lado derecho tiró el derrote al final del pase y por la izquierda lo hacía sonseando. Pinchazos y descabellos, un aviso.
Con el cuarto la gente aplaude la brevedad del puyazo de José de Jesús Prado, Arturo inicia de rodillas pegado a tablas, luego pide la infaltable “Pelea de Gallos” y siguió un concierto de muletazos de pie y de rodillas, más desplantes para el público que se divierte con el toreo de bisutería. Faena larga ante un toro que era una hermana de la caridad. Pinchazo, estocada, oreja y una vuelta al ruedo muy tardada, bebiendo bota, saludando, etc. Es innegable el carisma del diestro de Aguas.
Gerardo Rivera sorteó el lote bueno, sus picadores fueron los hermanos Paco y Othón Salinas, curiosamente Othón pico a los dos toros y ambos en la querencia porque la peonería no alcanzó a llevarlo del otro lado del ruedo, donde deben picarse los bureles.
Al segundo lo recibió de rodillas a porta gayola. En el turno al quite lo hizo con chicuelinas y tafalleras. Al banderillear, la banda de música inició con un pasodoble, el matador pidió que tocara otro. ¿Qué tendrá que ver la música con clavar banderillas? Total, un cuarteo, un violín y otro cuarteo. Inició con cambiados por la espalda, el diestro no se acomodó, hay muchos pasos entre cada pase. Después le da distancia al toro, llega ante él poco a poco, logra un par de muletazos y vuelve a colocarse “Regio” embestía con calidad, sobre todo por el lado izquierdo; hay buenos muletazos, pero se diluyen porque no hay continuidad en la faena. Estocada tendida y se concede esa oreja.
Con el quinto la situación no cambió. “Morris” peleó en varas, el único del hato que se empleó en el caballo, bien Othón con la vara. Nuevamente el torero de la tierra banderillea: cuarteo, violín y cuarteo. Con la muleta es una faena larga, con las características de la anterior. Caidita es la estocada.
Fue un debut aceptable de la empresa “Feria Toro”, sobre todo en cuanto a la materia prima. Con respecto al público aproximadamente medio aforo, meter a la gente a la plaza es más complicado que en la feria de noviembre.