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Israel Arzate, de víctima de tortura a ejemplo de defensa integral

  • Redacción e-consulta
El joven de Ciudad Juárez recibió acompañamiento por parte del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, donde el autor del libro testimonial colaboraba
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Israel Arzate Meléndez fue detenido por elementos del Ejército Mexicano el 3 de febrero de 2010; permaneció incomunicado y fue torturado por más de 30 horas. El hecho, hoy canónico en el derecho nacional, fue diseccionado por Simón Hernández León, coordinador de la Licenciatura en Derecho de la IBERO Puebla, en su libro El caso Israel Arzate. Un proceso de defensa paradigmática en materia de tortura (Tirant lo Blanch, 2022).

El libro recupera el trabajo de una defensa que transita desde un enfoque jurídico hacia uno integral. Durante una presentación híbrida, Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla, destacó que la estrategia partió de un análisis del contexto de violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Chihuahua.

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La construcción de la imagen de culpabilidad desde la Fiscalía, la criminalización de la pobreza y la investigación a manos de militares fueron elementos mediante los cuales la defensa apeló los cargos por robo de vehículo, tentativa de homicidio y lesiones contra el joven. 

Arrambide González indicó que la aproximación holística permitió elevar la demanda a organismos internacionales. “Se buscaba incidencia, que estos distintos mecanismos pudieran opinar sobre el caso. Muchas de estas instancias se pronunciaron, manifestando el cúmulo de violaciones a los derechos humanos que se perpetraron en el caso”.

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De igual manera, aplaudió que se llevara a cabo una estrategia de acompañamiento en la que se conformó un discurso que humanizara la imagen del acusado. Al mismo tiempo, la comunicación buscó colocar el caso como un ejemplo de las deficiencias del sistema penal mexicano. El gran reto de los abogados, concluyó, es transitar hacia un acompañamiento integral de víctimas.

Si bien ocurrió hace más de una década, el compilatorio documenta prácticas que prevalecen hasta la actualidad. Se develan particularmente la falta de acceso a la justicia y la inseguridad en tiempos de una primera militarización del espacio público mexicano. La sustracción de Arzate Meléndez ocurrió en Ciudad Juárez, una ciudad que en aquella época estaba marcada por los feminicidios (las bautizadas “muertas de Juárez”) y la inseguridad generalizada.

Según relató Alberto Curiel Tejada, coordinador de la Maestría en Derechos Humanos, Israel Arzate se encontraba en una fiesta familiar la noche en que una matanza en otro punto de la ciudad dejó 15 fallecidos. Un par de días después, fue detenido y torturado por elementos de seguridad.  No se respetó el debido proceso y el acusado no recibió asesoría jurídica adecuada.

Ironizó el académico: “Él le dice a la jueza que fue torturado y ella no hace absolutamente nada. […] Les puedo apostar que, aunque hoy tengamos los cuerpos jurídicos, hay jueces que no le harán caso al detenido”. El acusado, originario de una colonia marginada de la ciudad fronteriza, acumulaba marginaciones que lo hicieron susceptible de ser detenido arbitrariamente.

El texto de Simón Hernández ilustra la práctica de la tortura y los retos que existen para erradicarla. Para Ximena Suárez Enríquez, oficial de Derechos Humanos de ONU México, el caso de Israel Arzate es una muestra de cómo la tortura se vincula con diferentes violaciones a los derechos humanos como la detención arbitraria.

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos promueve un enfoque de seguridad ciudadana que ponga en el centro el bienestar de las personas por encima de los intereses políticos. Mujeres, periodistas, migrantes y activistas son los principales afectados por la extensión de la presencia militar y el debilitamiento de la democracia.

A partir del caso, la tortura ha sido reconocida como un delito y una violación grave de los derechos humanos. También se han fortalecido los mecanismos de la Suprema Corte para llevar a cabo un control adecuado de las detenciones. La oficial recordó que instrumentos como el Protocolo de Estambul y los Principios Méndez proveen de herramientas necesarias para investigar casos de tortura.

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