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Héctor Bonilla amaba el aguardiente y odiaba la Coca Cola

  • Redacción
En el lugar fueron colocadas fotografías del actor y coronas de flores de fondo. Además, la familia leyó un texto en conjunto en memoria de Héctor Bonilla.
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En el Palacio de Bellas Artes se rindió homenaje a Héctor Bonilla, actor que perdió la vida el pasado viernes 25 de noviembre. En el homenaje su familia recordó que al actor le gustaba el aguardiente, pero odiaba la Coca Cola y la pizza.

Minutos después de las 17:00 horas del pasado lunes, los aplausos se oyeron el recinto cuando la esposa e hijos de Héctor Bonilla colocaron las cenizas del actor en el centro del vestíbulo principal del recinto.

En el lugar fueron colocadas fotografías del actor y coronas de flores de fondo. Además, la familia leyó un texto en conjunto en memoria de Héctor Bonilla.

Además, fue revelado que el cuerpo del histrión fue incinerado con sus pants de los Pumas y que se fue en paz.

La esposa de Héctor Bonilla, Sofía Alvares, quien estuvo acompañada de sus hijos, Fernando y Sergio, expresó: “Gracias a ti Héctor, por tu buen humor, por tu enorme esfuerzo y disciplina todos los días. Por tu inmenso amor a tus amigos, a tu profesión, a tu país, a tus hijos, a tus nietos y a mí. Y sobretodo, muchas gracias por estos cuatro años extra que me regalaste”.

En la urna del actor se podía leer el epitafio que él mismo eligió en vida: “Se acabó la función, no estén chingando. El que me vio, me vio. No queda nada”.

“Decía que, por su abuelo materno, de origen vasco, le gustaban los restaurantes, la cafetería a la que iba cuando era más joven; el Danubio (al que fuimos a comer antes de venir para acá), el Rincón Rancho, Los Guajolotes (ya desaparecidos) y el Cambalache”, contó su esposa sobre los sitios favoritos del actor.

“Aunque también disfruta de unos buenos tacos, después en los Ovnis”, comentó uno de los hijos de Héctor Bonilla, “el Gallito o unas garnachas en el centro de Tlalpan, desde luego”, agregó.

“Pocas cosas en la vida le gustaban tanto como el aguardiente, era un bebedor de tequila, sotol y mezcal, pero tampoco le hacía el feo al vino tinto y a la cerveza oscura, de vez en cuando un brandy para el desempance, echarse un trago en la cantina La Jalisciense, donde Renato Leduc escribió Tiempo al tiempo, o en la Nueva Orleans, donde escuchaba un poco de jazz... nunca lo vi tomar Bacardí”, expresó uno de los hijos del actor.

“Odiaba la cátsup, la Coca Cola y las pizzas. Pocas cosas en la vida le gustaban como el aguardiente”, expresaron los familiares del actor.

Los actores Demián Bichir, Damián Alcázar y Sergio Corona lo recordaron como un hombre generoso, puntual, revolucionario, buen actor y compañero.

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