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Djokovic alza su Grand Slam número 21 en Wimbledon

  • Edwin García
El serbio se impuso en cuatro sets ante Nick Kyrgios, quien le robó un set a base de "aces" pero no ofreció la "final prometida"
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Novak Djokovic consiguió este domingo su séptimo título de Wimbledon luego de imponerse en cuatro sets de 4-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3) al australiano Nick Kyrgios, rival al que nunca había vencido en toda su carrera. Para el serbio significa su título número 21 de Grand Slam y el primero en toda la temporada, lo que le permite colocarse solo uno por encima de Roger Federer y uno debajo del español Rafael Nadal, máximo ganador en la historia dentro de la categoría masculina.

Para Novak fue fácil no dejarse enredar por un intenso Kyrgios al que le duró la gasolina solo por un set y medio, pues a partir de ahí decayó para dejar en manos de Nole poder igualar los registros en el All England Club de William Renshaw y Pete Sampras, al obtener siete títulos; se queda solo a uno de Federer (8) y a dos de Martina Navratilova (9).

Djokovic, además, ante un desafío que no apreció ser de la altura que se esperaba, pudo consolidar su liderazgo en esta superficie para sumar ya 27 encuentros sin perder en Wimbledon, donde tiene ya más de cinco años sin conocer la derrota.

 

Kyrgios y el dominio fugaz

En la grada todo estaba preparado como un festejo. No faltaron la bebida, las gafas de sol ni los príncipes en la grada, una sesión tan digna como siempre en la Catedral del tenis, pues aguardaba también una exhibición entre el jugador más esperado por ver y la gran sorpresa del torneo.

Kyrgios no evidenció nervios ante el partido más importante de su vida, sino que fue más hacia adelante y se llevó el primer set como si se tratara de un juego en el parque. Tranquilo y mesurado, con un servicio en el que las primeras pelotas volaban a 219 kilómetros por hora.

Tuvimos durante casi media hora al mejor Kyrgios de su carrera. No obstante, la incógnita recaía sobre si podría mantener ese nivel y, sobre todo, si Djokovic podría elevar el suyo. La respuesta no tardó en llegar, pues a Nick se le acabó el repertorio y dejó de hacer todo lo que hasta ese momento le había favorecido, es decir entró en el juego de intercambios de Djokovic donde ya no tenía nada que ganar.

Nick ya había perdido con los gritos hacia su palco y las miradas incómodas que todo esto suponía. Djokovic, en cambio, sin un nivel al que nos tiene acostumbrados, neutralizó la sorpresa y salvó cuatro bolas de ‘break’ para poner el 1-1 en el marcador.

 

El show comenzó tarde

Cuando el partido parecía estar más nivelado, a mediados del tercer set, la caldera parecía estar al borde: a Nick le llegó la primera advertencia por maldecir al público tras cometer una doble falta, además de un grito de una aficionada entre el primer y el segundo servicio. “Es la que parece que se ha bebido 700 copas”, dijo al juez.

En realidad, era él el gran protagonista y se tomó la libertad para actuar muchos papeles. Con 4-4 en el tercer episodio, al australiano se le escapó un 40-0 que fue levantado enormemente por Djokovic. Pero ni con eso la atención se fue hacia el serbio, todos apuntaban a Kyrgios enfrentado a su banquillo.

Ya con el marcador 2-1 a favor y con la final casi en la mano, Djokovic tomó un permiso para ir al baño por diez minutos y dejó solo con el berrinche a Kyrgios, quien no encontró mejor compañía que su silla. El monólogo le sirvió para tranquilizarse y recuperar su servicio, así como para estabilizar el encuentro.

El cuarto set fue enteramente de Nole. Sus servicios eran precisos, pero el australiano alcanzó a forzarle el ‘tie break’. Una doble falta de Kyrgios, nada más empezar, hizo el camino más sencillo para Djokovic, que puso el 2-0 con una volea sencilla, pero estrelló una derecha a media pista en la red que le devolvió el color al australiano.

Sin embargo, cuatro errores seguidos pusieron la cosa 6-1 a favor de un Djokovic de perfil bajo que sacó provecho de su tercer punto de partido para sellar el séptimo título en Londres. Miró la hierba y se echó a la boca un bocado de raíces verdes; el sabor ya no le sorprende.

 

Foto: Twitter

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