- Salud
Acusan a médicos del Hospital del Norte por muerte de joven
La falta de atención oportuna a la joven Alondra Luisa Mortier Patiño, en el Hospital General del Norte, terminó con su vida. Ahora su familia pide justicia y castigo para la doctora Gina Sánchez Flores quien –aseguran- le negó el servicio, y para el resto del personal involucrado en el caso.
Los padres de Alondra Luisa perdieron a su hija pero además gastaron en la búsqueda de ayuda y en los funerales lo que los colocó en una situación difícil pues viven al día.
Alondra Luisa Mortier, joven de 18 años, comenzó a sentir un dolor en el estómago la madrugada del 24 de marzo de este año. Sus padres, Miguel Ángel Mortier Sánchez y Olivia Verónica Patiño Rojas, quienes se dedican a recolectar materiales de reciclaje, la llevaron al Hospital General del Norte en donde la doctora Gina Sánchez Flores con cédula profesional 3970809 no la quiso atender oportunamente.
Los padres dijeron que en el nosocomio a cargo de la Secretaría de Salud (SSA) la doctora fue déspota en su trato y les pidió esperar, con el argumento de que atendía a otro paciente, pero en realidad estaba tomando café y comiendo galletas con más personal del hospital.
Mientras Alondra Luisa esperaba ser atendida, llegó un médico y pidió a una enfermera, que estaba con la doctora Gina Sánchez, que hiciera los exámenes a su familiar y le entregara rápidamente los resultados, todo esto en tono de burla, dijeron los padres de la joven.
Más de una hora después y tras la intervención de otro médico, la doctora se dirigió a los padres y les pidió ir a la farmacia a comprar una ampolleta de hioscina, una jeringa, algodón y alcohol. Luego de inyectar a la paciente, les dio otra receta para más medicamentos.
Miguel Ángel Mortier acudió a pedir los medicamentos, pero le dijeron que no se los podían dar si la doctora no sellaba la receta, así que regresó con Gina Sánchez y ésta lo regresó otra vez a la farmacia y que dijera que ella no tenía sello en ese momento y por eso escribía su cédula profesional.
El personal de farmacia se negó otra vez a dar los medicamentos, pero otra doctora, al escuchar, dijo que ella haría la receta médica, aunque no hubiera visto a la paciente, y le pondría su sello con tal de que les dieran el medicamento.
La doctora que hizo la réplica de la receta fue Dolores Yazmín Monterrosas Díaz y también dio un mal trato al padre de Alondra cuando le pidió que verificara los datos de la receta pues aunque la había expedido dado la doctora Gina Sánchez, no tenía ni el nombre ni datos correctos de su hija. Pero la doctora Monterrosa respondió que le estaba haciendo un favor para que le regalaran los medicamentos.
Después de que surtieron los medicamentos, la doctora Gina Sánchez pidió al padre de Alondra que fuera a Salud Digna a realizar estudios a su hija y posteriormente buscara a un médico que le hiciera un diagnóstico.
Fue así que la doctora se negó a revisar a la joven y les dijo a los padres que no la podían internar porque en el hospital había enfermos de covid-19, así que se regresaron a su casa.
Se hicieron los estudios correspondientes a la joven y ya en su hogar gritaba de dolor. Cuando salió junto con su hermana a la calle como una forma de intentar aliviar el dolor, Alondra Luisa se desmayó: Sus familiares pidieron una ambulancia y después de una hora no llegó ninguna, así que pidieron un taxi.
Ya en el taxi, acudieron a una clínica privada en donde les dijeron que necesitaban 100 mil pesos de depósito y de lo contrario no podían atenderla pues la joven requería una operación. Ante el rechazo acudieron al Hospital Universitario, en donde tuvieron una respuesta similar. Como última opción fueron a la Cruz Roja.
Aunque el taxista deseaba ir más rápido no podía, así que pidieron ayuda a una patrulla que les abrió paso en el carril confinado de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) hasta llegar al hospital.
Nuevamente en la Cruz Roja les dijeron que necesitaban un depósito de 50 mil pesos antes de recibirla. Ante esta situación el padre de Alondra corrió a Casa Aguayo y ahí se encontró con el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, en una de sus camionetas y le pidió ayuda.
El mandatario estatal pidió a Miguel Ángel Mortier acudir a Atención Ciudadana, en donde le dieron todas las facilidades, los respaldaron y les ayudaron hacer el traslado de Alondra, otra vez, al Hospital General del Norte, y se hicieron cargo de los gastos de la Cruz Roja.
En el lugar, ya con la petición de Atención Ciudadana, los médicos del Hospital General del Norte, atendieron rápidamente a la paciente, la intervinieron quirúrgicamente, advirtiendo la gravedad de la situación.
Los médicos pidieron a los padres conseguir una cubeta nueva pues ahí meterían los intestinos, el estómago y páncreas de la joven pues ya estaba muy mal.
Al final los padres consiguieron la cubeta y minutos más tarde les avisaron del fallecimiento de su hija, sin dar explicaciones sobre las causas del mismo.
Un poco después, representantes de diferentes funerarias se acercaron, “como buitres” para ofrecer sus servicios, sin que ellos hubieran dado aviso de la muerte de su hija.
Después un empleado del hospital les comentó que los integrantes de Trabajo Social tienen un pacto con las funerarias que les dan mil 500 pesos por cada paquete que se vende después de que les avisan sobre la muerte de algún paciente.
Además, el área de trabajo social les recomendó a los padres de la joven fallecida cremar el cadáver lo más pronto posible o enterrarlo incluso con la bolsa negra en el que se las entregaron, sin revisarla, situación que a los padres les pareció sospechosa.
A pesar de las sugerencias, los padres decidieron velarla. La funeraria no dio algún tratamiento especial al cuerpo de la joven y aún así no mostró signos de descomposición a pesar del calor y los días de velación.
Ante esta serie de irregularidades los padres demandaron justicia, interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos y pusieron una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de la que no entienden cómo avanza el caso y por qué lo lleva la Fiscalía especializada en corrupción.
Los padres de la joven se acercaron al secretario de Salud, José Antonio Martínez García, quien les dijo que pudieron haber llegado a un acuerdo económico sin la intervención de la FGE y les recomendó acudir a Arbitraje Médico en donde Jesús Ocampo también les dijo que había muchas alternativas y que no necesariamente tuvieron que haber ido a la FGE.
Ante esta serie de irregularidades lo padres de Alondra piden explicaciones sobre la verdadera causa de la muerte de su hija, diagnosticada con colecistitis aguda, lo ocurrido con los órganos de su hija y una investigación para todos los servidores públicos involucrados en su fallecimiento pues si hubiera tenido una atención oportuna no hubiera ocurrido.