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La hija de Fabiola pidió a los Reyes Magos que aparezca su mamá
María Eugenia Rojas llegó la mañana de este 8 de marzo acompañada de su hermano, cuñada, hijo y nuera al atrio del templo de San Francisco, para marchar hasta la Fiscalía General del Estado (FGE) y exigir la aparición de su hija, Fabiola Narváez Rojas, quien desapareció el 13 de enero del año pasado.
Con un evidente cansancio emocional y tristeza en sus ojos, Maria Eugenia contó que lo más difícil para ella ha sido presenciar el sufrimiento de su nieta, una pequeña de siete años que constantemente pregunta por su mamá. ¿Se la llevaron hombres malos, abuela?, le cuestiona, pero ella no tiene la respuesta.
Fabiola desapareció junto a su amiga Betzabé Alvarado Gallardo en la Unidad Habitacional Villa Frontera. Ambas viajaban en una motocicleta y se dirigían a un banco ubicado en la Central de Abasto, al norte de la ciudad.
Solo una cámara de video vigilancia en la zona captó a las dos jóvenes antes de desaparecer: Fabiola esperaba a su amiga, después Betzabé llegó en la motocicleta y ambas se retiraron con dirección a la Vía Corta a Santa Anna.
María Eugenía radicaba en Cancún, Quintana Roo cuando su hijo y su nuera le dijeron que Fabiola estaba desaparecida. De inmediato, se trasladó a Puebla, pero no pudo hacer mucho, porque para la FGE su declaración no era relevante, dado que ella no estaba cuando ocurrió la desaparición.
Ante la ausencia Fabiola, su pareja sentimental se quedó con la menor de sus hijas, una pequeña de tres años de edad, y María Eugenia se hizo cargo de la niña de siete años.
“Cuando yo llegué me abrazó y luego, luego me dijo: abuela, mi mamá se perdió. Ella desde el primer momento supo lo que le pasó a su mamá, por eso luego me pregunta que si se la llevaron personas malas”, narró este martes.
La situación para esta madre que busca a su hija no ha sido nada fácil. Por la pandemia su esposo se quedó sin empleo y ahora dependen del apoyo económico que le brindan sus otros hijos, sin embargo, lo más difícil es tener que sacar fuerzas y seguir adelante por su nieta.
¿Ella pregunta por su mamá?, se le cuestionó a Maria Eugenia, pero no pudo contener las lágrimas y platicó algo que todavía no puede superar.
“Ahora en Navidad y Reyes me dijo: ¿sabes qué abuela? No voy a pedir nada, solo voy a pedirles que me traigan a mi mamá. Yo le dije que ni Santa Claus ni los Reyes Magos traen personas, solo juguetes, pero dice: yo se los voy a pedir de todas formas a ver qué pasa”.
Maria Eugenia y su nieta se acompañan en el mismo dolor. Cuando están solas platican sobre Fabiola, pero siempre llega el momento en el que una de ellas se derrumba. Un día, la pequeña le pidió ir a su cuarto, solo quería llorar tantito por su mamá, se acordó de ella y la extraña mucho.
Para evitar más desgaste, sus hijos no la mantienen al tanto de la investigación que realizan las autoridades. Solo sabe que hay una mujer detenida y en días próximos habrá una audiencia. También tiene conocimiento de que no les han permitido acceder a la carpeta de investigación y hace no mucho les asignaron por primera vez a un asesor legal.
“Mi hijo lleva eso y no me deja que me involucre mucho; mi marido y él se hacen cargo de eso. Yo me uní al colectivo y estoy al pendiente de mi nieta”, refirió.
María Eugenia se cobijó en el colectivo Voz de los Desaparecidos y además de la ayuda psicológica y los cursos en Derechos Humanos que recibe, le ha servido de mucho saber que no es la única madre que busca a su hija. Dice que todas esas familias entienden perfectamente su dolor, y gracias a ellas sabe que así pasen uno, dos, cinco, siete o nueve años, no va a parar de buscar a Fabiola.
Monserrat también busca a su mamá
“Todos los días la busco y creo en Dios que un día va a regresar”, fueron las palabras de Monserrat Mena Ochoa, una joven que busca a su mamá, Emma Ochoa Solar, desde hace más de cinco años.
Emma desapareció a los 33 años de edad el 7 de noviembre de 2016, al salir de su domicilio ubicado en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, en la ciudad de Puebla. Al respecto, su hija narró lo siguiente:
“Se la llevaron, estaba saliendo de su casa y la agarraron y se la llevaron (...) fue un secuestro, pero nunca pidieron un rescate. Bueno, nosotros nos enteramos dos días después, porque nos hablaron de su trabajo, que no se presentó a trabajar. Ella vivía sola, yo vivía con mi papá”, relató.
Nadie sabe ni vio nada porque en la zona no hay cámaras de vigilancia y los vecinos tampoco han proporcionado información relevante.
La FGE ha citado a declarar a varias personas, entre ellas al papá de Emma, pero hasta la fecha no hay ningún avance.
Hijas de Ariana marcharon por su mamá
Este 8 de marzo las dos pequeñas hijas de Ariana Corona Victoria también marcharon en el Centro Histórico de Puebla por la desaparición de su mamá.
Las menores llegaron acompañadas de demás familiares de “Aris”, como le dicen de cariño, debido a que desde el 23 de diciembre de 2019 no saben nada sobre ella.
Pese a que hay un hombre detenido, Ángel de Jesús N, ha hecho valer su derecho a no declarar y las autoridades no han podido obtener información que ayude a dar con el paradero de la mujer que desapareció a los 36 años de edad.
“El detenido no ha querido declarar dónde está Ariana o dónde la dejó, lo ampara su derecho. Si no quiere hablar pues se lleva su juicio normal, el cual inicia en abril”.
Ángel de Jesús y Ariana habían terminado una relación sentimental, pero él siguió buscándola con la intención de regresar. Incluso, días antes de desaparecer varias personas los vieron salir juntos.
El 24 de diciembre de ese año Ariana ya no llegó a la cena de Navidad ni con el papá de sus hijas ni con su mamá y hermanas. Tres días después su familia recibió mensajes que supuestamente envió ella; sin embargo, después se comprobó que su chip fue usado por el principal sospechoso.
La víctima trabajaba como demostradora en diversas tiendas comerciales solo los viernes, sábados y domingos porque el resto de la semana cuidaba a sus hijas, quienes ahora, al igual que la hija de Fabiola, se cuestionan: ¿dónde está mamá?