Como parte de las sanciones a Rusia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó prohibir las importaciones de petróleo y otros productos de energía rusos, mientras que Reino Unido anunció que dejará de importar petróleo y derivados petrolíferos rusos a finales de 2022.

Biden señaló que el embargo se decidió en estrecha coordinación con aliados, sin embargo, de momento el resto de Europa se niega a sumarse al decreto, ya que dichas importaciones cubren el 40 por ciento de sus necesidades de gas natural y el 30 por ciento del petróleo.

Asimismo, reconoció que la eliminación de importaciones de energéticos rusos afectará a los estadounidenses debido a que los precios del gas aumentarán todavía más, pero prometió que trabajará para minimizarlo.

De igual forma, aseguró que Rusia podrá tomar una ciudad, pero nunca podrá controlar toda Ucrania, por lo que prometió que la guerra "nunca será una victoria" para el presidente Vladimir Putin.

El petróleo ruso representa solo el 8 por ciento de las importaciones estadounidenses y el 4 por ciento del consumo de productos derivados del petróleo en Estados Unidos, que no importa gas ruso.

Simultáneamente, Reino Unido anunció que cesará de importar petróleo y derivados petrolíferos rusos a finales de 2022.

Kwasi Kwarteng, ministro británico de Empresas y Energía, señaló que esta transición dará tiempo suficiente al mercado, empresas y cadenas de suministro para sustituir las importaciones rusas que representan el 8 por ciento de la demanda del Reino Unido.

¿Cómo afectará la economía?

De acuerdo con expertos, si los precios de la energía continúan aumentando por el conflicto ruso, podría resultar en una mayor inflación y crecimiento económico más lento.

Respecto a los precios del petróleo, estos continúan disparándose: ubicando al índice de referencia estadounidense West Texas Intermediate en 126 dólares por barril, mientras que el crudo de referencia mundial Brent se cotiza a alrededor de 130 dólares por barril.

Lindsey Bell, estratega jefe de mercados y dinero de Ally señaló que, si bien las importaciones directas de petróleo ruso son una pequeña porción del total importado por EU, la prohibición continuará ejerciendo presión sobre el precio del petróleo y, por lo tanto, al consumidor.

Los analistas de Goldman Sachs y Bank of America estiman que el impacto en los consumidores del aumento de los precios de las materias primas conducirá a una disminución del 0.3 por ciento en el crecimiento del PIB de EU en 2022.

En el peor de los casos, los precios del petróleo podrían aumentar a más de 150 dólares por barril, incluso hasta 200 dólares por barril, durante un periodo sostenido.

Los precios de la gasolina en Estados Unidos se han disparado recientemente, alcanzando un nuevo precio máximo histórico de más de 4.17 dólares por galón, de continuar así y se superen los 150 dólares por barril, podría costar más de 5 dólares.