A pesar de que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla aseguró que no tolerará ilegalidades de su personal, por falta de pruebas fue liberada la titular de la Unidad de Apoyo de la Fiscalía en Teziutlán, acusada de extorsionar a empresarios junto con otro agente y dos sujetos más.

Personal del poder Judicial dio a conocer que la liberación de Samanta Olivia Sánchez Valle ocurrió la noche del martes, tras la respectiva audiencia en la Casa de Justicia de Puebla.

A pesar de que la @FiscaliaPuebla aseguró que no tolerará ilegalidades de su personal, fue liberada la titular de la Unidad de Apoyo de la Fiscalía en #Teziutlán, acusada de extorsionar a empresarios.

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— Periódico e-consulta (@e_consulta) February 23, 2022

El acto jurídico obedeció a las detenciones de la mujer, el agente ministerial Jose Ángel Ignacio Velázquez Reyes y dos hombres que se hacían pasar por agentes investigadores: Miguel Gabriel Sánchez López e Ignacio Valera Valdez.

Ante la falta de datos de prueba la jueza de Control que conoció del caso dictó auto de no vinculación a proceso para Samantha y ordenó su inmediata libertad.

No así para el resto de los acusados del delito de extorsión, ya que los sujetó a investigación y ordenó que prevaleciera la medida cautelar de prisión preventiva, así así que continuarán recluidos en el penal de Tepexi de Rodríguez hasta que concluya la investigación y se fijó un plazo de cuatro meses para la investigación complementaria.

Como en su momento se dio a conocer, en el municipio de Teziutlán empresarios denunciaron que tres agentes ministeriales los extorsionaban y exigían dinero a cambio de no relacionarlos con actividades ilícitas.

Se supo que solo uno de ellos, José Ángel, era agente de la FGE; sus cómplices, Gabriel Miguel y Juan Ignacio, se hacían pasar por ministeriales ―los llamados madrinas― y ocupaban vehículos oficiales porque se los prestaba Samantha Olivia Sánchez, encargada de la Unidad de Apoyo de la fiscalía en el municipio.

Incluso se supo que Samantha sostenía una relación sentimental con uno de los “madrinas”, Gabriel Miguel, por lo cual utilizaban una camioneta oficial de la Unidad de Apoyo para cometer sus extorsiones.