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Sigue de pie la monumental setentona

  • Jaime Oaxaca
Don Neguib Simón no sólo quería una plaza de toros, su sueño era una "Ciudad de los Deportes
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La monumental plaza de toros México se inauguró el martes 5 de febrero de 1946. El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid calificó la construcción como un alarde de ingeniería, constituyó un antecedente técnico en el mundo en edificaciones de ese tipo. 

El recinto taurino, costeado por Neguib Simón, ha sobrevivido tres terremotos: 1957, 1985 y 2017. Fue construido por el Ing. Modesto C. Rolland. El 1 de agosto de 1944 se inició la labor en el sur de la ciudad de México, a unos metros de la avenida Insurgentes, en lo que fuera la fábrica de ladrillos “La Guadalupana”.

En esos llanos había dos cráteres de varios metros de profundidad y diámetro, formados por la extracción de tierra para la elaboración de adobes. Los espacios sirvieron para el estadio de fútbol y la plaza de toros. 

La México mide del nivel de la calle hacia abajo, 20 metros; hacia arriba, 16. Las esculturas que la rodean son obra del artista valenciano Alfredo Just, entre sus ayudantes contaba con Humberto Peraza. 

Aparentemente, en la década de los años 40s, no había motivo para construir en la ciudad de México una plaza tan grande y tan lejos. Existía El Toreo, al que se le conocía como El Toreo de La Condesa, por encontrarse ubicado en la colonia de ese nombre. Los aficionados de aquel entonces amaban su plaza, tenía un aforo aproximado para 22 mil aficionados 

Don Neguib Simón no pensaba así. Él quería no sólo una plaza de toros, su sueño era una "Ciudad de los Deportes"; ésta constaría de alberca, estadio de fútbol, canchas de tenis, frontón boliche y la plaza. 

Decenas de problemas encontró Don Neguib para la construcción. Patadas por debajo de la mesa por envidias e intereses personales era muy comunes, desplegados en contra de la nueva plaza, mantas que sugerían no asistir, especulaciones sobre los costos de los boletos, entre otras muchas cosas. 

Neguib Simón para solucionar algunas de esas dificultades se entrevistó con el presidente de la República, Manuel Ávila Camacho, le mencionó que bautizaría el inmenso embudo con el nombre de "Monumental Plaza de toros Maximino Ávila Camacho"; afortunadamente, la razón imperó en el presidente quien sugirió que se llamara "Monumental Plaza México". 

De origen libanés, don Neguib Simón Jalife, nació en Mérida, Yucatán en 1896, falleció en 1950. Fue empresario en la primera temporada de su plaza, serial que constó de sólo cuatro corridas. Muy poco le duró el gusto porque agobiado de deudas y complicaciones tuvo que vender el inmueble con todo y estadio, obras en construcción, terrenos. Compró el español Moisés Cosío Gómez en noviembre del mismo 1946. Se dice que fueron 22 millones de pesos. Los herederos del señor Cosío son los actuales propietarios. 

Ofensivamente, el busto de don Neguib está en la explanada, cerca de la entrada principal permanece escondido los días de corrida por los camiones de las empresas que televisan los festejos, agregue usted los bares que puso la empresa. 

Dicho busto se colocó hasta el cincuentenario, en 1996. A nadie se le ha ocurrido ponerlo donde lo vea la gente. Consideran que quien ideó y construyó el inmenso recinto taurino no merece un lugar especial.

La cumpleañera plaza tiene un aforo oficial de 41,262 espectadores distribuidos de la siguiente forma: 2,270 barreras de sol y sombra repartidas en siete filas. 3,274 localidades del primer tendido distribuidos en 9 filas, el segundo tendido lo componen 23 filas en la que caben 12,792. En los palcos (detrás de los túneles de entrada), balcones y lumbreras 2,217, todas las localidades mencionadas están numeradas. En los generales de sol y sombra se acomodan veintitantas mil personas. Cuando la plaza se llena son ocupadas escaleras, pasillos; en números redondos se habla de 50 mil aficionados. 

 

La Inauguración 

El 5 de febrero de 1946, diez minutos más tarde de la hora anunciada, por el gentío, desorden y desconocimiento, fue inaugurada la plaza por Luis Castro "El Soldado", Manuel Rodríguez "Manolete" y Luis Procuna, quienes estoquearon ganado de San Mateo, propiedad entonces de don Antonio Llaguno. 

Los nombres de los toros de la histórica tarde fueron: "Jardinero" # 33, "Fresnillo"# 3 al que "Manolete le corta la primera oreja, "Gavioto" # 55, al que Procuna le corta la oreja; "Gallito" #14, "Peregrino" # 10 devuelto por manso; lo substituye "Monterillo" # 13, "Limonero" # 82. Primer capotazo y primer par de banderillas a cargo de Ramón "El Chato" Guzmán, el primer puyazo lo dio José Noriega "El Cubano". 

La primera vuelta al ruedo fue unos días antes que se inaugurara, correspondió al arzobispo Luis María Martínez, quien bendijo no sólo el ruedo sino toda la construcción. Al finalizar dijo: conste que di la vuelta antes que Manolete. 

El primer lleno de las localidades, sucedió antes de la primera corrida y no fue de aficionados, fue de costales para probar la resistencia de la misma, el 27 de enero del tan mencionado 46. 

La primera novillada se realizó el domingo 26 de mayo del 46. Manuel Jiménez “Chicuelín”, Gabriel Soto y Raúl Iglesias mataron reses de Santín. El primer lleno en una novillada fue el 8 de septiembre en el festejo número 21. Joselillo y Fernando López lo logran, el primer espada fue Julio Reyna. 

El primer apéndice cortado por un novillero fue para Pablo Tapia, el 2 de junio de 1946 a un novillo de Lucas González Rubio. Manolete” corta la primera oreja en corridas de toros. 

Pepe Luis Vázquez fue el primero en recibir la borla de matador de toros, fue el 23 de noviembre de 1947, de manos Miguel Gutiérrez "El Espartero" con el toro “Piel Roja” de Lorenzo Garza; el testigo fue Ricardo Balderas, quien posteriormente se haría juez de plaza. 

La primera confirmación de alternativa fue para Rafael Perea “El Boni” con el toro “Espejito” de Torrecilla, cedido por “Manolete” en presencia de Luis Procuna el 26 de febrero en la tercera corrida del serial inaugural. 

La primera bronca fuerte, la provoca Lorenzo Garza el 19 de enero de 1947. 

El primer rejoneador en hacer el paseíllo fue el español Álvaro Domecq quien mató a “Fundador” de Zacatepec, en diciembre 22 de 1946. Juan Cañedo es el primer jinete mexicano en actuar, lo hizo con “Peroteño” de Piedras Negras. 

Primer juez de plaza: Carlos Zamora "El Chato". Primer director de la banda de música: Gral. Genaro Núñez. Primer capellán: Roberto González. 

A grandes rasgos acá está una parte de la historia de la plaza más grande del mundo. Éstos y muchos datos más, se encuentran en los tres tomos de la historia de los cincuenta años del embudo de Insurgentes, escrito por Daniel Medina de la Serna y las estadísticas de Luis Ruiz Quiroz.  

Con pandemia, pésima administración, el coso llega a 76 años de vida, se dice será derrumbada para construir una plaza comercial, mientras no llegan las máquinas y las manos destructoras, aprovechémosla. 

Felicidades a los taurinos sigue de pie nuestra monumental setentona. 

Foto: Archivo / Jaime Oaxaca

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