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Atlixco se llena de sabores y aromas por el Día de Muertos
Con la temporada de Día de Muertos se despertó del letargo en el que se encontraban los prestadores de servicios del ramo gastronómico del municipio de Atlixco, quienes demostraron que en pocos días se puede tener un gran avance para que la reactivación económica sea una realidad.
Por ello se arriesgaron a crear bebidas, postres y platillos que integran los sabores y olores de la temporada de Todos Santos, donde los comensales podrán degustar hasta 20 opciones diferentes.
La integración de la flor de cempasúchil para aromatizar y para dar sabor a diversos platos es la novedad de esta temporada. Hay quienes retomaron lo tradicional como el dulce de calabaza de castilla y lo aplicaron de diversas formas, así como la mandarina, que es otro de los productos que también tomó presencia en las propuestas gastronómicas.
Con el lema “El sabor de mi tierra”, se cuenta con un menú conformado por diversos platillos como los chilaquiles, hojaldras rellenas de jeripa y de ceniza de totomoxtle; postres de calabaza y mandarina; flor de cempasúchil capeada, cóctel de licor de avellana y puré de calabaza, codorniz en pipián de semilla de calabaza, filete de pescado en salsa de cempasúchil, panque de calabaza y canela, helados de chocolate, nieves de jugo de caña, entre muchas opciones más.
Carlos Michaca, barista y creador de algunos de estos platos, señaló que en lo particular busca volver al origen con productos orgánicos y provenientes de la región, con la intención de crear algo deliciosamente artesanal.
En su negocio, el Café de Ruta, se puede probar “Mictlán”, una hojaldra sobre tierra de cacao, cempasúchil caramelizada, rellena de camote morado y guayaba rosa, bañada en ceniza de totomoxtle.
También el “Xacualole”, un dulce prehispánico elaborado con dulce de calabaza, endulzado con chincaca y especias, así como el “Hanal Pixtlán”, elaborado con cacao, flores de cempasúchil, helado de mole almendrado y cítricos de temporada.
“Xóchitl”, un atole de cempasúchil endulzado con piloncillo, elaborado con masa de cacahuazintle y canela: “lo llamamos así por la leyenda de la princesa Xóchitl, que se enamoró del Dios Sol y que al intentar alcanzarlo cayó a un barranco, entonces el sol derramó 20 lágrimas y de ahí nace la flor de 20 pétalos, que es el cempasúchil”, relató.
De la misma manera, Lurdes Reyes y Gerardo Ximitl, en esta temporada se arriesgaron nuevamente con los chilaquiles en salsa de cempasúchil, como lo hicieron en el verano pasado, con los de chile en nogada.
“Esto es prueba y error. Aquí la que tiene la última palabra es mi mamá. Nosotros hacemos combinaciones y ella es la primera en probarlas para dar el visto bueno. En este caso fue hasta que le integramos la hojaldra, que ella dijo que ya estaba listo y entonces lo sacamos al público en La Birula, nuestra cocina”, relató Gerardo en entrevista.
En tanto, a unas escasas tres cuadras de donde se ubica este local, esta Casa Sabina, un café bohemio enfocado al arte, donde en su barra se dio pie al frappé de dulce de calabaza y al latte del mismo ingrediente.
Juan Carlos, responsable de la barra, detalló que ambos llevan dulce de calabaza de castilla, realizados con una receta tradicional y endulzados con piloncillo, además de que este primero y dos de noviembre, contarán con el panque de mandarina, el cual realizaron el año pasado y van a ofertarlo nuevamente.
Y estos son solo algunos de los ejemplos para disfrutar en esta temporada en Atlixco, los prestadores de servicios consideran que este tipo de iniciativas son muy enriquecedoras, ya que atraen a más visitantes, para que, sin duda alguna, la reactivación económica vaya a paso seguro, como hasta el momento.