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Entre música y porras despiden a víctimas de explosión en FGR
Martiniano Díaz y Juan Ortíz fueron despedidos este lunes por sus familiares con aplausos, porras y música, así como la exigencia de justicia, pues los deudos aseguran que no fue su culpa la explosión en la que murieron el pasado jueves en la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) en Puebla.
La hija de Martiniano, antes de enterrar a su papá en el Panteón Jardín de la ciudad de Puebla, señaló que está pendiente la indemnización de la FGR, pues el personal de grúas y corralones Annavi, donde trabajaban ambas víctimas, ya los había apoyado.
Martiniano fue velado la noche del domingo en su casa de la colonia Loma Bonita, donde amigos y familiares acudieron a darle el último adiós luego de que les entregaron el cuerpo, ya que primero les dijeron que tardarían dos semanas por los peritajes que había que hacer.
Entre música de banda y porras, llegó el cortejo fúnebre de Martiniano Díaz Huerta, quien murió la noche del jueves durante la explosión en la @FGRMexico de #Puebla pic.twitter.com/pxpyGdgAM3
— Periódico e-consulta (@e_consulta) August 16, 2021
Tras una corta estancia en su hogar, el cortejo fúnebre partió rumbo al Panteón Jardín y, en punto de las 16:30 horas fue sepultado, apenas con la presencia de 20 de sus seres más cercanos, debido a las restricciones por la pandemia del covid-19.
Antes de ingresar a este recinto, los familiares y amigos que no pudieron entrar por cupo, aprovecharon para vitorear porras en su honor, mientras la música de banda sonaba de fondo, tal y como a él le gustaba.
Encontró la muerte al regresar de EU
Horas antes, al mediodía de este lunes, se llevó a cabo el velorio y sepelio de Juan Ortiz, la otra víctima mortal de la explosión del jueves, quien pasó sus últimos momentos en una casa de la colonia La Luna, muy cerca del corralón de Annavi, la empresa para la que trabajaba.
sulta (@e_consulta) August 16, 2021
Juan tenía apenas dos años y medio que había regresado a Puebla, ya que fue migrante en los Estados Unidos, donde estuvo por más de una década trabajando para sostener a sus dos hijas, de 20 y 22 años de edad, así como para su madre.
A sus 44 años era el sostén económico de su madre, que fue una de las personas que más condolencias recibió durante el sepelio de este día, el cual culminó cuando el féretro partió a la cabeza de un cortejo fúnebre con rumbo al panteón de la colonia Guadalupe Hidalgo.
En este cementerio, a unos minutos de su casa, ahora descansarán sus restos tras ser despedido con música de mariachi y porras de la gente que lo apreciaba.