De cada 10 habitantes de la Sierra Negra, seis se dedican al campo y cuatro a ofertar los productos provenientes de esta tierra, por lo que no es viable cerrar los tianguis en la entidad, pues son familias completas las que dependen de sus ventas. 

La mayoría vive en un importante grado de marginalidad, declaró José Luis Leyva Machuca, delegado regional de MASCIP.

Indicó que de lo que realmente deberían preocuparse las autoridades, es por crear verdaderas estrategias para hacer frente a la pandemia por Covid-19, como crear cercos de seguridad y vigilar que realmente se respeten, controlar los accesos a los mercados y estar el pendiente que solo entren una o dos personas como máximo.

Dijo que con el cierre de estos lugares públicos y el retiro de los comerciantes, solo se está afectado a quien menos tiene, ya que las grandes tiendas de cadenas nacionales seguirán vendiendo los productos del campo, cuando son estas empresas las que sí podrían soportar su cierre temporal.

Asimismo indicó que  la Sierra Negra es "comer o morir" y para comer se debe trabajar, así que no debe sorprender que en esos lugares marginados no se respeten las medidas de higiene o el "quédate en casa".

El delegado regional del Movimiento de Autogestión Social, Campesino Indígena y Popular (MASCIP) indicó que municipios como San Gabriel Chilac, San Francisco Altepexi, Ajalpan y San Sebastián Zinacatepec, muy difícilmente permanecerán en sus casas, ya que la mayoría de ellos se dedica al campo, otros más a la maquiladora y otros son empleados en otros puntos de la región y aunque sus puntos de trabajo sean cerrados, buscarán la manera de generar ingresos.