“¡Vivas nos queremos!” es la consigna que desde hace años resuena en las calles cuando las mujeres salimos al espacio público a marcarle el alto a la violencia machista, aquella que en América Latina diariamente cobra la vida de siete mujeres y que en Puebla se ha recrudecido mostrándonos su peor cara, aquella que nos está obligando a vivir con miedo y que evita que nos podamos desarrollar y vivir con plenitud en todos los espacios.

Aunque la autodefensa feminista no es un tema nuevo, ya que desde hace varios años diversos colectivos y grupos comunitarios en todo el país se dedican a la capacitación y promoción de talleres que instruyen a mujeres en la materia, en la actualidad se ha vuelto un elemento necesario para salvaguardar nuestras vidas y para poder volver a salir con seguridad a las calles y recuperar los espacios que la violencia nos ha robado.

Respecto a esto, Itzell Sánchez, integrante de la colectiva Acción Directa Autogestiva (ADA) y quien desde aproximadamente nueve años trabaja de manera articulada con otros colectivos y grupos comunitarios de todo el país en temas de autodefensa, comenta que, contrario a lo que podría pensarse, la autodefensa feminista no solo se trata de capacitación para que estemos preparadas para repeler ataques físicos, sino que parte del reconocimiento de las distintas violencias que como mujeres nos atraviesan y que son las que tenemos que, primero identificar y, posteriormente, generar estrategias para combatirlas “nos dimos cuenta de que vivimos en eterna violencia, desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, y cuando nos dormimos también, porque se lograron meter a nuestros sueños”, comenta Itzell.

Aunque el primer paso de la autodefensa es la capacitación física, también implica un trabajo psicológico y emocional en el que, a través del diálogo y la educación popular presentes en cada uno de los talleres, las participantes reconocen poco a poco cuáles son las violencias que se ejercen sobre ellas, Itzell comenta que es un trabajo que consiste en despertar esa voz interior que nos ha silenciado el sistema heteropatriacal dominante, que constantemente nos invalida y nos está dictando qué pensar, qué decir, qué vestir y hasta a quien amar “pensar la autodefensa es pensarte como parte del sistema capitalista que se está reproduciendo a tus costillas y del que te tienes que defender. Si lo entendemos así, no solo es la defensa de golpes, sino también defensa emocional, física, psicológica y legal. Una defensa por la autodeterminación de las mujeres”.

Para Itzell el panorama respecto a la inseguridad que vivimos las mujeres en Puebla es aterrorizante, sobre todo para las mujeres jóvenes, aquellas generaciones de niñas y adolescentes que están creciendo sin poder salir a las calles libremente “Es terrible lo que les está pasando a mujeres más jóvenes, que si no están acompañadas no pueden salir. Es como vivir en reclusión. Y es triste, porque las chiquitas ya no pueden subir y bajar, porque no tienen la certeza de que volverán a casa. Eso es lo que nos preocupa” comentó.

Pese a lo anterior, Itzell considera que existe una esperanza y se trata de la organización, de la articulación de redes de apoyo en las que las mujeres nos reconocemos y nos hacemos fuertes, “Pensamos en el entrenamiento físico, pero también la búsqueda de la memoria y la redención de las que ya no están, así como la búsqueda de la justicia, la búsqueda del autocuidado y finalmente de la sanación. Pensamos que esos puntos son muy importantes para la autodefensa feminista, porque es poder recuperar a nuestras antepasadas que han luchado, la memoria de quienes han sido asesinadas, tenerlas presentes y buscar justicia para ellas y para nosotras” menciona Itzell, confiada en que cada vez más mujeres se sumen a las redes, que creen las propias y que den batalla a la violencia que nos aqueja, las cuales tienen como punto de partida la lucha por la vida, por la recuperación de la alegría y del amor por quienes nos rodean.

Foto: Citlali Dunne. https://www.instagram.com/citlallidunne/