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Formas infalibles para arruinar un beso
Dar un beso es una de las experiencias sensoriales más gratificantes que existen, debido a que convergen varios aspectos que les dan diversos matices e intenciones.
Los besos pueden ser una bienvenida, un saludo, una demostración de afecto o el preludio de algo menos inocente, pero ¿cómo se puede terminar de tajo con la experiencia de besar? Ya sea desde esos besos que se dan por compromiso, hasta los que van cargados de pasión y deseo, besar podría dejar de ser un momento de placer para convertirse en tu peor pesadilla.
Aquí les compartimos 5 formas infalibles para arruinar un beso:
Mal aliento
Imagínate que llevas mucho tiempo deseando besar a esa persona, y que cuando por fin logras acercarte lo suficiente y la magia está a punto de ocurrir ¡le apesta la boca!
Tip: Cuidar la higiene bucal siempre es buena idea, aunque tener pastillas de menta o chicles también te sacará del apuro.
Demasiada saliva
A nadie, absolutamente a nadie le gustan los besos llenos de saliva. Además de que denotan falta de pericia en el arte de besar, un beso con exceso de saliva terminará dando más asco que gusto.
Cuidado con los dientes
Cuando estás dando un beso es muy importante concentrarte en tus movimientos y no invadir mucho a la otra persona. Si nos precipitamos en el movimiento de nuestro cuerpo, es probable que choquemos con los dientes de la otra persona, lo cual es una experiencia nada sexy.
Torpeza
Si al momento de dar o recibir un beso tu motricidad se ve afectada, concéntrate y no apresures tus movimientos. Nadie quiere besarse con alguien que se mueve torpemente y que accidentalmente te pisa, te pega con su cabeza o te jala el cabello.
Invasión de la lengua
Usar la lengua al momento de dar un beso es muy sensual, pero solo si sabes como hacerlo, porque no hay nada peor que besarse con alguien que parece que te quiere lavar la cara en lugar de tener un momento de intimidad contigo.
Robar besos
Aunque las películas nos han enseñado que robar besos es muy romántico, lo cierto del caso es que obligar a una persona a besarnos es una invasión a la privacidad y al espacio personal, por lo que es mejor y más sexy dar besos consensuados.
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