“¿Qué? ¿Tenemos que pedirte un beso y un abrazo?”, fue la reacción de los abuelos y ella les explicó que no hagan sentir que la niña está obligada a hacerlo.
A pesar de que el Covid-19 no es una enfermedad de transmisión sexual, los besos implican un intercambio salival constante que puede ser una “fuente importante de contagios”.
Expertos y ciudadanos de a pie consideran que el piquito de padres a hijos tiene una carga de sexualidad que puede prestar a la confusión, o que retrasa el proceso madurativo del niño