Desde hace 20 ediciones de la Semana Santa, José Lucio Flores Moreno de 35 años ha formado parte en diferentes papeles del Cuadro San Pablo de Tarso de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, pero este año ha sido para él todo un reto pues por primera vez representará a Cristo tras ser seleccionado en un casting.

Atrás se quedaron roles dentro del pueblo de los judíos, los macabeos, los mongoles de bajo y alto rango, así como en el grupo de los brucianos que se encargan de propinar los golpes que ahora él recibirá.

Por la experiencia de otros actores que ha visto pasar por el papel, sabe que en la noche del Viernes Santo acabará con varios moretones y cortadas pues las lesiones en el cuadro más famoso de la ciudad -que en 2018 cumple 58 representaciones- eso no se finge.

Sin embargo, antes siquiera de llegar al día cumbre tuvo que vencer el reto de perder 20 kilos, el hacer ver a su familia que las lesiones son parte de la representación y el fortalecer la fe en el catolicismo.

Al ser un panadero de oficio que todos los días tiene piezas antojables frente a él, reconoce que lo que más se le ha complicado es eso de estar en forma para aguantar las caminatas con una cruz de 100 kilos al hombro.

"A mí se me hizo muy difícil legar al peso que tengo, hace un año que forme parte como mongol llegué a pesar 100 kilos y ahorita estoy en 80 kilos, para mí fue muy, muy difícil bajar de peso.

"Fue cosa de meterse al gimnasio, hacer dietas, cerrar la boca y es difícil porque lo tiene ahí uno todo, dan ganas", reconoció en entrevista el actor que, entre bromas cuenta que su debilidad son la conchas recién horneadas y acompañadas de una Coca - Cola.

El tema de las lesiones fue también complicado de abordar, pues ya desde los ensayos su hijo mayor de 10 años estuvo consciente de que serán días en que tenga que enfrentar el sufrimiento físico como parte de la representación.

Asimismo está el hecho de que su padre, Santiago Flores, será en este año uno de los integrantes del grupo de los brucianos que lo lesionará y han tenido que entablar algunas pláticas previas.

"Ya lo hemos platicado muchas veces y le he dicho, mira, tú métete a tu papel, haz de cuenta que ni me conoces, que somos gente cualquiera, déjame hacer lo que yo hago y tú a lo tuyo", comentó el joven.

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Tanto los retos que ya vivió como los que están por venir, agregó, se superan con la fe en el catolicismo que, en su caso, se fortaleció hace dos años cuando él y su esposa perdieron a un bebé con sólo 40 días de vida, pues según los médicos le invadió una bacteria.

Para el actor, la representación del cuadro de la Romero Vargas en que más de 300 pobladores se esfuerzan por representar la pasión de Cristo, es también una buena oportunidad para romper con la mala fama.

Como vecino nacido y formado ahí, reconoce que si bien existen problemas como el consumo de drogas entre jóvenes, son contados y conocidos los casos, mientras que los problemas que se llegan a generar ahí surgen por personas que vienen de fuera.

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