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El Guernica cumple 80 años, obra cumbre de Pablo Picasso
Ha sido el museo Reina Sonia el recinto donde largas filas de visitantes esperan ver el célebre cuadro, calculándose en un millón, quizás más, admiradores asombrados de la belleza de composición del “Guernica” obra cumbre de Pablo Picasso, incluidos los pasados días de Semana Santa, el número de visitas se estima millonario con una media que rebasa 8 mil por día a esta exhibición.
La exposición de cumpleañero cuadro se titula “Piedad y terror de Picasso, el camino a Guernica”. “Todos hemos visto la imagen: el toro, el brazo con el candil, pero contemplarlo de cerca es una experiencia distinta”. Expresa uno de los miles de visitantes al museo y al cuadro, que este mayo celebra sus 80 años de vida.
“Es un icono, pero me apetece comprobar como cambia mi percepción al tenerlo ahí, a un paso…” Emocionado, dice otro espectador.
De la enorme riqueza que encierra el significado de las figuras prominentes, subrayamos algunas:
MADRE CON HIJO MUERTO. Al igual que el caballo, la lengua afilada muestra el intenso horror. Basada en la clásica imagen de la piedad; representa el dolor de una madre.
GUERRERO MUERTO. En la mano derecha empuña una espada rota. También tiene una flor, que puede ser un símbolo de la esperanza.
CABALLO. Herido con una lanza por el ser humano, grita por el dolor. Puede representar el pánico del pueblo ante la barbarie.
TORO. Puede ser un autorretrato de Picasso, gran aficionado a la Tauromaquia.
PALOMA HERIDA. Es el símbolo de la paz. Aparece con un ala rotación.
MUJER EN LLAMAS. Su postura es similar a la figura central de “Los fusilamientos del 3 de mayo” de Goya.
El día 1ero., de mayo de 1937, Picasso inició los trazos del primer boceto, mismo que quedó definitivamente terminado a los once días, nos referimos, claro al boceto, al diseño definitivo de la obra, que por ello, en estos días está celebrando su cumpleaños ochenta. Después de ser parte de múltiples exposiciones itinerantes, remozado, limpiado, que no restaurado, el cuadro con su solemne majestuosidad, es la bisagra que conecta al mundo de Picasso con los hechos que pronto habrían de venir la II guerra mundial y la ocupación de Francia.
El cuadro conforme el pasar de los años, se ha venido convirtiendo, primero y consagrándose en un icono nómada – por sus frecuentes viajes- antibelicista con una muy clara misión: hacer que el mundo tomará conciencia de la Guerra Civil española y el resto de las guerras.