- Cultura
Bernard Buffet, el sucesor de Picasso
Después de un periodo tan atroz como fue la Segunda Guerra Mundial, en el arte hubo artistas dispuestos a tomar los riesgos por expresarse a favor de la humanidad. En París Bernard Buffet le celebraba a la vida y a la libertad.
En el museo de Arte Moderno de la ciudad de París se le rinde homenaje a un eminente genio que a los 19 años trabajando en su taller en el Boulevard Saint German de Près ganó el premio a la crítica con su famoso cuadro "Horreur de la guerre".
Tres periodos se identifican en la vida de Buffet: la invención de un estilo propio, esos años gloriosos donde el éxito le alcanza (1945-1955); el furor por pintar donde claramente alcanza la madurez y consolida su talento (1956-1966) y finalmente, el periodo de mitología marcado por su exilio y su muerte (1977-1999).
"Il faut pas confondre peinture et politesse".
Políticamente Buffet daba tintazos para denunciar los excesos de la guerra y las atrocidades posteriores en el espíritu de las personas.
El conocer el éxito a temprana edad le permitió pintar libremente, aunque de una manera agresiva y dura.
El reconocimiento a su genialidad le generó una libertad que también se vio reflejado en su comodidad económica, en su precocidad al igual que Françoise Sagan o Yves Saint Laurent.
Entre su vasta obra, Buffet presentó con éxito pinturas alusivas al mundo del circo, sólo él tenía la capacidad de capturar la tristeza profunda del entorno de los payasos, trapecistas, juglares, sus rostros cerrados a la alegría que incluso fue acusado por la frialdad con que describe ese espacio.
Sin embargo, fue tal su éxito que cuadros como la tête de clown le abrió el mercado del cine y del ballet solicitando su creatividad para decoración y/ó affiches de publicidad.
Ya casado con Anabel Schobw la dinámica de su vida se extendería al jet set y su vida social abarcaría Cannes, Saint Tropez y grandes periodos de su vida en la Normandía y la región bretona.
En Saint Petesbourg, Japón, Moscú ó Kassel, el pintor francés experimentó vivir en el extranjero lo que le permitió pintar telas en alusión al modernismo, a la cultura japonesa.
On me pensera prétentieux, mais regardez ces toiles -comme on dit- : " il faut le faire".
Además de los cuadros dedicados a su esposa, a la vida de los cabarets parisinos -como Toulouse Lautrec-, a la guerra, al circo, a la muerte, a la naturaleza, al paisaje que ofrece la ciudad de París, al desnudo masculino y femenino, tocó temas tan polémicos para su época como el terrorismo sin imaginar que veintiocho años después de su muerte retomaría una trascendencia en Europa y sobre todo en la ciudad que le dio gloria en vida.
Sin embargo tras toda su obra hecha en París no le fue fácil abrir exposiciones y es en Japón en donde se le rendiría homenaje abriendo un museo en su honor, poco después en las ciudades francesas de Rouen y Colmar.
Su vida terminaría en Tourtour tras no resignarse a vivir las consecuencias del Parkinson y no poder pintar, el suicidio fue su elección.