• Sociedad

Religiosos y políticos alzan puños en la Marcha por la Familia

  • Efraín Núñez
Lanzaban consignas como “se ve se siente la familia está presente”, “la familia unida jamás será vencida”, “de norte a sur de este a oeste, defiende a la familia cueste lo que cueste”
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Los fieles católicos se conglomeraban sobre la avenida Reforma en búsqueda de sus representantes de parroquia. El sol caía a plomo mientras los oradores de un sonido local convocaban a los asistentes a defender el concepto tradicional de familia.

Junto al reloj del Gallito una mujer, con la barbilla en alto, sostenía una lona hecha en serigrafía que contenía la consigna de la marcha “Mamá + Papá se unieron y nací YO”, decía junto al dibujo de un bebé.

Eran minutos pasados de medio día, instantes previos a la marcha organizada por el Frente Nacional por la Familia, que para propios y extraños era parecida a una procesión de Viernes Santo en las calles del Centro Histórico.

Los asistentes iban vestidos de blanco, lo que contrastaba con los multicolores de sus pancartas en defensa de su familia, las telas moradas que hacían referencias al credo católico y las imágenes de la virgen de Guadalupe de más de un metro de alto.

En la también llamada por los organizadores marcha “laica” “multiconfesional” pronto fue evidente que no se lograría la cantidad de participantes previstos en la convocatoria, es decir 100 mil personas.

Son aproximadamente 5 mil”, sostuvo un agente de tránsito que custodiaba el paso del contingente sobre la avenida Reforma.

Aun así los oradores al finalizar la manifestación se ufanaron de haber convocado a 85 mil asistentes.

El arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, sin sotana pero con un enorme crucifijo en el pecho, apareció en escena sobre la 3 Poniente a un costado de la catedral de Puebla, donde suele oficiar misa: “solo vine como invitado”, se apresuró a justificar ante el asedio de la presa.

Un ex marinista en la marcha

Entre los políticos asistentes destacó la presencia de Pablo Rodríguez Regordosa, dirigente municipal del PAN, defensor del concepto de familia e integrante de una estirpe cercana a la ultraderecha poblana.

Pero en el lugar también había priístas. Aldo Enrique Cruz, ex director de Ceresos, destacaba por su altura entre quienes encabezaban la marcha.

Junto a los demás asistentes el exmarinista también gritaba “se ve se siente la familia está presente”, “la familia unida jamás será vencida”, “de norte a sur de este a oeste, defiende a la familia cueste lo que cueste”, con su puño y su brazo derecho a lo alto.

El también excandidato suplente a diputado por ese partido caminaba junta a un grupo de monjas que marchaban con su hábito y sombrilla en mano.  

Para protegerse del sol proliferaban los paraguas del PAN, Nueva Alianza y Compromiso por Puebla, aunque se observaban algunas de la excandidata del PRI, Blanca Alcalá Ruiz.

Ya en el zócalo, Pablo Rodríguez se acercó al templete. Iba acompañado de su esposa la diputada federal, Mónica Rodríguez Della Vecchia.

Ante los medios, el panista arremetió contra la iniciativa de Enrique Peña Nieto sobre matrimonios igualitarios, a la que calificó de “porquería”. En contraste, dijo que trabajará en su iniciativa para permitir las uniones del mismo sexo, a las que denominó “isomonio”, al tiempo de retirarse con una sonrisa forzada.

Un dron sobrevolaba el zócalo

Dos equipos de sonido, uno instalado en Reforma a un costado del Paseo Bravo y otro sobre un templete a un costado de la catedral, un grupo de baile para amenizar la tarde e incluso un dron que sobrevoló el zócalo se dispusieron para la organización del acto.

A decir de María Eugenia González, coordinadora del Frente Nacional por la Familia en el estado, los recursos para la marcha surgieron de una “gran colecta”, así como cuando se “hace una gran fiesta”.

Se incomodó por las preguntas relacionadas con los matrimonios gay pero apeló a la tolerancia de todos los grupos.

El contingente expresaba frases como “eso es lo natural” cuando en los pronunciamientos se defendió el concepto de familia y se llamó a los legisladores a desechar la propuesta de Enrique Peña.

Terminaron los discursos y el conglomerado se retiraba, mientras una rondalla entonaba canciones dedicadas al “hijo de Dios en la tierra”.

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