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En Fisiología de la BUAP hacen estudios sobre esquizofrenia y autismo

La conducta y morfología de la esquizofrenia y el envejecimiento son objeto de investigación
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Para entender algunas patologías mentales en los seres humanos, el doctor Gonzalo Flores Álvarez, investigador del Instituto de Fisiología de la BUAP, estudia la conducta y morfología de la esquizofrenia, autismo y el proceso de envejecimiento en modelos animales, con la finalidad de conocer los cambios de conducta y de las estructuras del cerebro, que permitan comprender estas enfermedades y experimentar herramientas terapéuticas en el tratamiento, antes de ser probadas en personas.

En esta investigación -en la que se realizan estudios morfológicos, más baratos que las metodologías genómica y electrofisiología, cuya información se conjunta con la de las demás técnicas, para comprender las patologías en cuestión- participan académicos del Instituto de Fisiología de la BUAP, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Tlaxcala, de la Facultad de Medicina de la UNAM, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y especialistas de Estados Unidos, España y Canadá.

Para el estudio de las enfermedades mencionadas se utilizan ratas desde el séptimo día posnatal hasta los dos años. Durante este periodo se analizan diferentes cambios de conducta, pasando por la pubertad y adultez.

En el estudio sobre esquizofrenia, el también nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, señaló que en el séptimo día de vida posnatal a la rata se le induce esta patología, a través de un desarreglo del hipocampo ventral, para que presente ciertos cambios después de la pubertad, tales como aumento del estrés, incremento de la actividad motora, así como disminución del aseo, de la interacción social y de la capacidad de memoria-aprendizaje.

En estudios de morfología neuronal, se observó claramente una reducción de las espinas dendríticas y longitud dendrítica, como sucede en los humanos.

Estudiar esquizofrenia en un modelo animal no significa que éste padezca la enfermedad en su totalidad, como tener alucinaciones, ideas delirantes y pensamiento desorganizado, únicamente presenta cambios de conducta que pueden correlacionarse con los del ser humano, abundó el doctor en Ciencias, con especialidad en Neurociencias, por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

En el caso de autismo, a la rata preñada -que está en el día 12.5- se le suministra ácido valproico (medicamento con capacidades anticonvulsivas); en consecuencia tendrá crías poco sociales y comunicativas, además de hiperactivas. Con estas crías se estudia la comunicación entre regiones corticales, porque una hipótesis del autismo es que existe un aumento de la comunicación entre neuronas localmente y una disminución de la comunicación entre regiones, comentó el también miembro de la Society for Neuroscience.

A través de estas investigaciones sobre la conducta y morfología de la esquizofrenia, autismo y el proceso de envejecimiento en modelos animales, en la BUAP se pretende comprender los cambios generados por dichas enfermedades y en un futuro minimizar sus efectos y extrapolar los resultados en los humanos, con el fin de proporcionar una mejor calidad de vida, aseguró el doctor Flores.

 

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