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Gastan poblanos entre 45 y 90 minutos para llegar a sus trabajos
En la zona metropolitana de Puebla, en promedio, las personas viven a 17 kilómetros de sus centros de trabajo y llegan a destinar entre 45 minutos y una hora y media para realizar sus traslados.
De acuerdo con el análisis de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), denominado “Retos de la movilidad en Puebla”, pasar varias horas en los traslados es dañino, ya que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el hacinamiento en los congestionamientos urbanos, puede propagar enfermedades infectocontagiosas, como la influenza; además de que el tráfico pesado dificulta el manejo de productos de desecho o en mal estado, provenientes de hospitales o cinturones industriales.
La investigación que engloba los viajes que realizan los habitantes de la zona metropolitana que incluye los municipios de Puebla, San Pedro y San Andrés Cholula, Coronango, Amozoc de Mota y San Juan Cuautlancingo, revela que se realizan todos los días más de 3.5 millones de viajes. El 50 por ciento de los traslados, 1.8 millones, se hacen en transporte público, que es atendido por seis mil unidades.
“El problema de los traslados podría reducirse hasta 30 por ciento si se regulan las paradas de las unidades de transporte público y se evita que cada cuadra o a media calle se detengan”, revela el análisis.
Ante el problema, la AMTM resalta la importancia de que la sociedad aspire a una “movilidad sostenible”, capaz de satisfacer las necesidades sociales básicas: moverse libremente, comercializar productos y que no afecte la calidad de vida.
El estudio destaca que la producción de la industria automotriz, el uso del automóvil a nivel urbano, y el nivel socioeconómico no tienen una correlación directa: existe evidencia en las ciudades con alta producción automotriz de un bajo uso de auto y un alto nivel de vida.
“En Puebla se pueden crear medios de transporte alternativos y eficientes que desalienten el uso del automóvil. El ser humano ha perdido el poder de concebirse a sí mismo como algo diferente de un usuario del transporte motorizado”, destaca la investigación.