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Las tres bebidas más alegres y representativas de México
Los mexicanos tienen en un lugar de privilegio ciertas bebidas, cerveza, pulque y tequila, consideradas sagradas. Son bebidas que no compiten entre sí, las tres proyectan a México como un país productor de calidad.
Qué hubiera sido de Quetzalcóatl sin el pulque, de los compositores mexicanos sin el tequila y de los estadios de futbol sin un vaso de cerveza. Estas bebidas llamadas “espirituosas” han acompañado a México a lo largo de su historia en triunfos, comidas y fiestas.
Al momento de degustarlas, las personas disfrutan hasta la última gota de sus bondades en el paladar, pero pocas veces piensan en su origen y el trabajo que hay detrás de ellas.
CERVEZA
Aunque los orígenes de la cerveza, a diferencia del tequila y el pulque, no son propios de México, su producción coloca al país en un lugar privilegiado dentro de la escena cervecera mundial. México es, por ejemplo, el principal exportador de cerveza en el mundo.
Durante más de 125 años la espumosa bebida ha dado grandes frutos comercialmente hablando, siempre ha estado en nuestra historia y su producción masiva no afecta o modifica sus ingredientes base.
Elli Tella, uno de los seis maestros cerveceros certificados a nivel internacional y el único mexicano con tal distinción, asegura que la cerveza mexicana es 100% natural y que si bien es cierto que, de 10 o 15 años a la fecha, hay nuevos procesos de producción y nuevos ingredientes, estos han provocado que el mercado se mantenga estable y sin perder calidad. La cebada, la malta y el lúpulo son los principales ingredientes naturales de la cerveza; sea una producción masiva o artesanal, los ingredientes naturales siempre se mantendrán.
“La cerveza es quizá el elemento acuoso más simbólico y enriquecedor de nuestra gastronomía. Antes de la mesa, da trabajo e identidad al campo mexicano en un país de tradición agrícola ancestral. Una vez en la mesa, siendo México un país social por antonomasia, la cerveza da cohesión: es el pretexto perfecto para reunirse o maridar y probablemente la más democrática de nuestras bebidas festivas”, menciona Jesús Catalán, director del Consejo de Promoción Turística de México en Francia.
PULQUE
La mística del octli surge de la mitología prehispánica donde el líquido áspero y fermentado representaba un manjar sólo para personas mayores. Actualmente, esta bebida tiene un resurgimiento entre los jóvenes y su proceso de elaboración continúa intacto, sin embargo su consumo debe ser en sitios específicos, ya que no puede ser envasada, lo que la pone en desventaja con la cerveza a nivel comercial.
Además de su origen milenario, el pulque es muy nutritivo, ya que 70% de su composición está formado por proteínas. Dada su fermentación, es una bebida que requiere especiales cuidados: se debe mantener su característica ácida sumergiendo una muñeca (la cual está hecha de una manta de cielo con un poco de plátano) y requiere que se adicione azúcar de forma constante para alimentar la bacteria que contiene.
TEQUILA
Originario de Jalisco, el tequila se ha ubicado como uno de los representantes de la cultura mexicana. Y la tradición dicta que su proceso de elaboración tiene normas muy estrictas: proviene de la fermentación con levadura y de la destilación de los jugos de agave azul, a partir de la cocción de las cabezas del agave, las cuales deben tener entre seis y diez años de maduración, para finalmente ser depositado en barriles de madera.
El tequila comenzó a producirse a mediados del siglo XVII en una hacienda llamada Cuisillo, y actualmente existen más de 160 marcas y 12 haciendas que lo producen. Aunque su producción haya sufrido algunos cambios, también es un hecho que continúa como un producto mexicano con gran demanda en muchas partes del mundo y con la etiqueta de denominación de origen.