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Mitl Valdez participa en el segundo Especial Directores
Este sábado 3 de octubre, toca el turno al programa de la serie Taller de Actores Profesionales (TAP), dedicado al cineasta Mitl Valdez, que forma parte de los 13 que componen la segunda emisión del Especial Directores, y que se trasmitirá a las 21:30 horas, por Canal Once.
“De mi infancia lo que recuerdo respecto al cine es la primer película que vi. Fue El hombre lobo, en una matiné, y lo que más me impresionó fue, por supuesto, la transformación del hombre lobo, con todo y que los recursos tecnológicos eran muy limitados. Eran una serie de disolvencias, y desde ese momento me llamó mucho la atención la magia del cine y su narrativa. Y, desde luego, eso influyó años después, junto con otras experiencias, para decidirme a estudiar finalmente cinematografía”. Así recuerda el cineasta capitalino su primer acercamiento con el séptimo arte que, a la postre, resultaría definitivo para la actividad a la cual ha dedicado más de cuatro décadas de su vida.
Mitl Valdez nació el 24 de agosto de 1949 en la ciudad de México. 20 años más tarde estudió realización en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la UNAM, del cual fue director de 1997 a 2004. A lo largo de su amplia trayectoria en el cine mexicano se ha desempeñado como productor, director, guionista y editor. Entre sus trabajos más destacados se cuentan los largometrajes Los confines (1987) y Los vuelcos del corazón (1996), así como el documental 200 años después (2012). Su trabajo le ha valido nueve nominaciones a galardones: seis al premio Ariel, por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, y tres más a las Diosas de plata, que otorgan los Periodistas Cinematográficos de México.
A pregunta expresa del conductor de la serie, Óscar Uriel, en torno a qué le aconsejaría a quienes desean dedicarse al cine, Valdez respondió: “Les diría dos cosas: primero que se aseguren de una manera práctica y concreta de que su verdadera vocación es el cine, y que tengan la certeza de a dónde van, porque hay mucho de dónde escoger entre las distintas áreas del quehacer cinematográfico: el guión, la realización, la producción, la fotografía, el sonido, el montaje, la dirección de arte... Ello porque se trata de una decisión de vida. La otra es que entiendan que hacer cine es como respirar. Es una actividad a la que se deben dedicar de tiempo completo. Es un compromiso de 36 horas al día”.
Tocante a su opinión acerca de los jóvenes contemporáneos y su manera de ver y hacer cine, Mitl Valdez indicó que “No podríamos comparar las actitudes ante una realidad social económica o política de las distintas generaciones, porque viven circunstancias muy distintas. Sería injusto compararlas de una manera un tanto mecánica. Ciertamente, de los 80 para acá, por la disolución de la Unión Soviética y la liberación de Alemania del Oeste, se suscitó un descreimiento que condujo a una desideologización. Yo lo que percibía en los estudiantes es que no les interesaba eso porque habían visto que era un engaño”, expresó.
“Así las cosas, para ellos la opción era: ‘Oye, vengo a estudiar cine, primero que nada, para tratar mis asuntos; para conocerme, para hacer una especie de terapia personal y superarlo’, y eso en principio es el arte. El arte como rito que humaniza a quien lo hace”.