Al hacer un balance de su sexto año como arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa manifestó que una de sus prioridades es que tanto la Iglesia Católica como las autoridades gubernamentales continúen con el combate a la pobreza, para lo cual se busca fortalecer la entrega de apoyos en comunidades marginadas.

Asimismo, manifestó encontrarse “tranquilo y satisfecho” luego de cumplir su sexto año como Arzobispo de Puebla, y comentó que en adelante busca continuar con el mismo ritmo que hasta ahora ha llevado, de visitar dos o tres comunidades por día para conocer las necesidades de la feligresía y difundir el legado del Catolicismo.

La prioridad, dijo Sánchez Espinosa, es continuar con la integración de grupos tanto de religiosos como de laicos para llevar la Palabra de Dios a todas las poblaciones que conforman la Arquidiócesis poblana.

El jerarca católico fue entrevistado luego del Ritual de Lavatorio de Pies, en donde participaron 12 ancianos del Asilo Particular de Caridad atendido por las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús. Ahí, expresó que este acto que forma parte de las celebraciones de Semana Santa es una muestra de amor y humildad.

Por otra parte, se refirió a la Procesión de Viernes Santo que tendrá lugar mañana y destacó que hace seis años que llegó a la Arquidiócesis las autoridades de Protección Civil le manifestaban que este evento reunía cerca de 40 mil personas, cifra que ha crecido hasta llegar a los 120 mil durante el año pasado.

El arzobispo apuntó que por los datos manejados se considera que la Procesión de Viernes Santo es la más numerosa del país, e incluso destaca por su alto nivel de organización. Otra conmemoración que reúne a una gran cantidad de personas, refirió, es la de Iztapalapa, sin embargo la estructura es diferente.

Exhortó a los poblanos a asistir a esta Procesión, “que no es marcha ni manifestación” sino un acto de encuentro con Dios. Agregó que las personas menores de 60 años que estén en pleno goce de su salud deben realizar su ayuno y obras en favor de sus semejantes.

Minutos antes, en una emotiva ceremonia se llevó a cabo el lavatorio de pies a doce ancianos, quienes enfundados en túnicas negras representaron a los apóstoles, momentos antes de que se realizara la Última Cena. Solemnes, todos ellos se mostraron conmovidos cuando el arzobispo se les acercó y besó sus pies.