- Seguridad
Ante falta de pruebas, sólo pueden fincar delito menor al matagatos
Juan Castillo Pérez, conocido como el “Matagatos”, podría enfrentar solamente un delito menor por difundir en su cuenta de Facebook videos y fotografías de maltrato animal, los cuales incitan a la violencia, informó el procurador de Justicia, Víctor Carrancá Bourget.
Explicó que la tortura y crueldad hacia los animales no está tipificado como ilícito en el Código de Defensa Social del Estado, por lo que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) analiza la posibilidad de fincarle solamente el delito de apología a un vicio, ya que hasta el momento no se le ha podido comprobar que él utiliza gatos u otros animales para entrenar perros de pelea.
“Es un delito menor –-aseguró el funcionario-- pero sí nos dio la posibilidad de intervenir, de hacer una revisión en el lugar de los hechos. Desde luego, ver si hay otros animales que pudieran estar en peligro y actuar con las autoridades administrativas en lo conducente”.
El funcionario aseveró que Castillo Pérez no se ha presentado a declarar, sin embargo la Policía Ministerial continúa con su búsqueda.
En días pasados, Andrés Soto Sánchez, ex regidor de Salud del Ayuntamiento de San Martín Texmelucan, aclaró que la persona que aparece en esos videos y fotos es José Luis Reyes Ventura, alias “El Jarocho”, quien trabajó para la administración municipal en el área de captura y sacrificio de perros callejeros, en el periodo de 2002-2005.
De acuerdo con el periódico Milenio, el ex regidor relató que “El Jarocho” llegó al municipio de San Martín Texmelucan tras dejar su tierra natal, Córdoba, Veracruz, donde sufría maltrato familiar, principalmente de parte de su padrastro.
Cuando “El Jarocho” llegó a la ciudad no tenía nada y encontró en los camiones de captura de perros un sitio para dormir. El personal de Ayuntamiento lo encontró varias veces en esa situación y decidió darle un trabajo, a pesar de ser menor de edad.
Durante ese periodo, aunque existe una norma sanitaria específica para sacrificar a estos animales, los canes eran inmolados de manera sanguinaria, ya sea mediante descargas eléctricas, quemados o asfixiados al ser enterrados vivos.
Al “Jarocho” se le empezó a notar una actitud extraña. Inclusive le compró una pistola a uno de los agentes de la policía para su protección. Asimismo, debido a que empezó a presentar un comportamiento demasiado agresivo e insensibilidad ante el sacrificio de perros, fue canalizado al área de psicología del DIF Municipal.
No obstante, se desconoce si este sujeto concluyó su tratamiento y hasta el momento no ha sido localizado por las autoridades.
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