Arin Andrews (17 años) y Katie Hill (19 años) se ven como cualquier otra pareja de enamorados de Tulsa (Oklahoma, Estado Unidos). Pero hay un secreto acerca de ellos que hoy muchos conocen y que los hace irremediablemente singulares: ambos se cambiaron de sexo, utilizando hormonas y cirugías.

Hoy es difícil imaginar que Arin se llamaba Esmeralda y Katie –con su muy esbelta cintura actual- era hace sólo dos años un chico y se llamaba Lucas. Los integrantes de esta feliz pareja disfrutan hoy el cuerpo que siempre habían deseado tener, viviendo un romance que los medios califican como “de película”.

Katie pasó sus primeros 15 años de vida siendo Lucas, hijo de un coronel de la Marina. Arin nació siendo una niña bajo el nombre de Esmeralda; e incluso destacaba ballet y hasta ganó un concurso  de belleza infantil.

Hace poco más de un año Katie –entonces Lucas- tuvo una cirugía de reasignación de género completa; gracias a que publicó su historia en un periódico local y recibió una increíble donación anónima de 35 mil dólares (unos 438 mil pesos mexicanos). Su sueño se hizo entonces realidad.

Arin se ha sometido a un tratamiento de testosterona y ahora puede mostrar con orgullo su nuevo físico masculino, después de una intervención quirúrgica en que se extirpó ambos pechos. “Odiaba mis pechos, siempre sentí como si no me pertenecieran. Ahora por fin puedo estar cómodo en mi propio cuerpo”, explica Arin.

Katie y Arin se conocieron hace casi dos años en un grupo de apoyo para adolescentes transexuales, y se conquistaron a través de sus experiencias compartidas. Pero ahora que la apariencia física de los adolescentes coincide con su sexo, ambos están muy contentos: ahora pueden ir a nadar, pasear en bote o tomar el sol como cualquier otra pareja estadounidense de su edad.

“Todo lo que vi fue un chico guapo. Somos el uno para el otro, porque ambos teníamos los mismos problemas. Incluso somos la misma talla, así que podemos incluso intercambiar nuestras ropas viejas. Nos sentimos muy bien al respecto y es nuestro secreto, pues nadie se da cuenta ahora. Es la forma en que siempre hemos querido ser vistos”, dice Katie.

Los dos últimos años han sido toda una revolución para estos adolescentes. Aunque cuentan con el apoyo familiar, han perdido muchos amigos y han sido víctima de agresiones. “Mi familia me ha sorprendido por el apoyo que han sido a lo largo de la operación. Tengo mucha suerte de tenerlos y sobre todo de tener a Katie”, relata Arin con su voz masculina.

Katie fue agredida en la escuela. Arin tuvo que cambiar de secundaria cuando reveló que era transexual. “Siendo transexual entiendo  a Arin probablemente mejor que nadie; lo bien que se siente y lo completo que se está ahora”, remarca Katie.

“Perdí a mis mejores amigas durante la transición”, admite Arin; y relata: “Solíamos ir de vacaciones juntas y éramos como hermanas. Sin embargo creo que aún tengo la oportunidad de mostrarles que todavía soy una buena persona. Sigo siendo la persona que era, aunque me veo diferente”.

Katie comenzó su carrera en una universidad de Oklahoma el pasado otoño, pero ha tenido problemas para hacer nuevos amigos debido a los prejuicios contra las personas transgénero. “Tenía un montón de amigos en la universidad y estaban muy cerca de mí. Y de repente, dejaron de hablarme”, cuenta Katie.

Los dos últimos años también han sido difíciles para las familias de los adolescentes, ya que también han perdido amigos y familiares. “Se enteraron por rumores que era transexual y fue demasiado para ellos”, explica la mama de Arin.

La pareja está difundiendo su  experiencia para ayudar a crear conciencia sobre cuestiones relativas al transgénero. De esta forma, otras personas como ellos se sentirán menos solos. Ahora que su transformación exterior se ha completado, los adolescentes esperan que la gente acepte sus nuevos géneros para que las dificultades queden en el pasado. (Twitter: @rolandolino)

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