Autonomía relativa

  • Víctor Reynoso
Una declaración del presidente electo del país vecino cambió la política de seguridad del país

México es un país independiente, autónomo, pero con autonomía relativa. Lo vimos la semana pasada: una declaración del presidente electo del país vecino cambió la política de seguridad del país.

En contraste con el presidente del sexenio pasado que saludó a la madre del delincuente más famoso del país, e hizo público dicho saludo, la presidenta actual mandó al secretario de Seguridad a poner orden en Culiacán, ciudad que vive una situación virtual de guerra civil.

No es sensato vivir peleados con nuestro principal vecino y socio comercial. Conviene negociar con él, exponer con firmeza nuestros intereses, y escuchar con atención los suyos.

Es razonable que los norteamericanos se molesten porque aquí se produce la mayor parte del fentanilo, una droga que hace estragos en la población de ese país.

La tragedia del fentanilo tiene muchas causas, algunas totalmente ajenas a México. La alta demanda de drogas en Estados Unidos, por ejemplo. O la incapacidad del Estado norteamericano de controlar el tráfico de estupefacientes en ese territorio.

Pero eso no justifica que las autoridades mexicanas descuiden el combate a la producción y tráfico de sustancias ilegales. Quienes se dedican a eso fácilmente pasan a otras actividades que no dañan a los norteamericanos, sino a la población mexicana: extorsiones, secuestros, asesinatos, cobro de piso.

Otro problema que preocupa al vecino del norte es el de migración. Ciertamente la migración es un derecho humano. Pero es un derecho de todo Estado defender sus fronteras. La inmigración puede ser positiva para un país, en ciertas formas y cantidades.

No hay manera de no estar de acuerdo con López Obrador cuando decía que hay que combatir las causas de la migración y generar las condiciones para que no se migre por necesidad. Pero creo que muy poco se ha hecho en nuestro país y en otros expulsores de población para generar esas condiciones.

A la migración económica se ha unido en las últimas décadas la migración de población que huye de la inseguridad. El combate a los criminales disminuiría esta migración.

No podemos controlar el aire que respiramos o la capa de ozono que están sobre nuestro territorio. Tampoco los intereses legítimos de nuestros vecinos. Hay que estar atentos a ellos.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.