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Familia de linchado en Coyula narra cómo vio morir a su hijo

  • Rocío Carbente
A casi 3 meses, una familiar directa narró lo sucedido y dijo que Gumaro era inocente; pide justicia
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El 12 de junio de 2024 la comunidad de Coyula, una junta auxiliar de Atlixco fue testigo de un acto de violencia multitudinaria con el linchamiento de cinco personas, cuatro de ellas murieron quemadas vivas y una mujer logró ser rescatada. Se les acusó de pertenecer a una banda dedicada al robo de vehículos en la región. 

 

Entre los fallecidos estaba José Gumaro, un joven de 26 años que a decir de su familia y la Fiscalía General del Estado trabajaba como albañil, a casi 3 meses de su muerte una persona allegada a él y quien atestiguó los hechos,  decidió contar su versión pues afirma era inocente y a la fecha no hay detenidos.

 

En entrevista con Canal 80 Atlixco, una mujer que dijo ser familiar directa de José Gumaro, narró que aquel día, él trabajaba junto a su padre en una obra de albañilería en la comunidad de Santa Rita, cuando recibió una llamada y pidió prestada la camioneta de su papá sin decir a dónde se dirigía o con quién se encontraría. 

 

Comenta que fue alrededor de las 17:30 horas  que Gumaro llamó a su padre para informarle que lo llevaban a Coyula, ya que remolcaba una camioneta que los habitantes del lugar decían había sido robada. El señor, acompañado de su otro hijo se dirigió a la población pero no podía ingresar debido a que más de 400 personas bloquearon los accesos y se congregaron en la plaza.

 

La familiar relató que ella también arribó al sitio donde el papá de Gumaro y su hermano fueron golpeados,  por habitantes de Coyula que no permitían el acceso a gente ajena,  por lo que intervino y dijo que estaban allí para recuperar una camioneta robada; solo así fueron liberados. 

 

La testigo expresó que Gumaro ya había sido arrastrado por la multitud, pese a que mostró la tarjeta de circulación y una credencial que confirmaban la propiedad de la unidad; asimismo que solo había sido contratado para remolcar el vehículo, pero  la gente no le hizo caso.

 

Con pesar recuerda que  Gumaro fue recogido por su padre en un estado inhumano, pero el pueblo enardecido de Coyula se lo arrebató y junto con las otras cuatro personas que fue capturado, los trasladaron al Jagüey donde fueron quemados vivos; la entrevistada detalló que nada puedo hacer a pesar de estar a solo 10 metros de la hoguera. 

 

“No es posible que un pueblo pueda más que acá en Atlixco y las autoridades. Cuando estábamos allá presenciando todo eso, pedimos auxilio al 911 y no nos dijeron nada. Únicamente que no podían hacer nada. Estábamos dialogando cuando nada más se vio una flama y fue cuando los cuerpos empezaron a quejarse”, dijo.  

Para salir de ahí, la mujer negó su parentesco con Gumaro y observó cómo los pobladores le arrebataron la vida hasta que quedó calcinado y además mantenían la camioneta de su familia bajo su control. A casi tres meses del linchamiento, la FGE  no ha proporcionado avances en la investigación, de hecho los deudos comentan que la camioneta que les pertenece es manejada por gente de Coyula y se ha visto estacionada afuera del DIF de Atlixco. 

 

La fuente denuncia que, a pesar de cumplir con todos los requisitos y procedimientos requeridos por la fiscalía, la respuesta ha sido mínima. Se les ha dicho que no hay personal disponible para realizar retratos hablados, obligándolos a recurrir a recursos propios para hacerlo, pero ni así hay resultados. 

 

Es por ello que solicitan al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, intervenga para esclarecer la situación; claman que el nombre de Gumaro quede limpio  y se haga justicia por su brutal asesinato, aunque la camioneta no les sea devuelta. 

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