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Agua de Puebla, premiada por suministro y saneamiento del agua
La concesión de Agua de Puebla opera el sistema de agua potable en cinco municipios del estado, incluyendo a la capital y desde su llegada funciona de manera autosustentable debido a que a través del cobro por el suministro se logra pagar el financiamiento para poder otorgar el servicio y realizar las obras hidráulicas.
Esta forma autosuficiente de manejarse le ha hecho ganar el premio al Financiamiento del año en Agua y Saneamiento, porque con el pago del agua por parte de los usuarios se logran pagar los créditos de la concesión con los que se invierte en las plantas de agua residuales, en tanques de almacenamiento, en redes de distribución del servicio y en mejorar el suministro de agua en la ciudad.
En la actualidad, una cuarta parte de la población se beneficia con este servicio, lo que se traduce en 1.7 millones de poblanos que pueden gozar del servicio de agua potable garantizado, hasta 3 veces por semana.
Hasta el momento, este financiamiento es el primero en su tipo entre las otras cinco obras sanitarias privadas que se desarrollan en todo el país.
Es sabido que los proyectos relacionados con el agua potable en México, suelen contar con el respaldo o subsidio de los distintos niveles de gobierno, pero en este caso Agua de Puebla lo hace de forma autónoma, lo que ayuda al gobierno en turno a enfocarse en otras cuestiones.
De esta manera, los créditos solicitados a Banorte y Banobras por parte de Agua de Puebla se pagan de manera íntegra con los que se cobra por el servicio de agua potable, así que la capacidad de generación de obras hidráulicas depende de la aportación de los usuarios, de ahí la importancia de que los ciudadanos paguen en tiempo y forma.
De acuerdo con Héctor Durán, director General del sistema operador, se trata de un modelo creado con la intención de cumplir con el suministro del vital líquido a la mayor parte de la población y proveer a la comunidad de agua y saneamiento.
"Este es un modelo integrado no sólo para cumplir con nuestra obligación de proveer agua y saneamiento, sino también mejorar la infraestructura durante toda la vida de la concesión que concluye en diciembre de 2024” afirmó.
Las especificaciones del proyecto, entre otras cosas, son las que permitieron a la concesionaria obtener apoyos por parte de los bancos que están acostumbrados a otorgar créditos a obras tangibles y no a proyectos relacionados con algo que fluye como lo es el agua potable.
Con estas obras y avances tecnológicos por parte de la concesión, Puebla capital será uno de los primeros lugares en la República mexicana en cumplir con las nuevas normas de aguas residuales, lo que permitirá que la población reciba en sus casas agua de mayor calidad.
Esta calidad es medida por asesores técnicos externos que verifican, entre otras cosas, la calidad, la continuidad en el servicio se agua, el mantenimiento a las tuberías de agua, además del volumen de aguas residuales tratadas.
Esta situación ha obligado a la concesión a apoyarse en un supervisor de temas ambientales que sea quien garantice la gobernanza ambiental que cumpla con los estándares internacionales.
Esto a pesar de las complicaciones que supone el manejo de agua en ciudades en donde anteriores concesiones y gobiernos dejaron de cumplir sus obligaciones, dejando redes de drenaje que sufren por falta de mantenimiento, a pesar de que desde hace años se ha sabido que este es un aspecto que nunca debió descuidarse por las características propias del agua en Puebla, como la cantidad de azufre que contiene, por su cercanía con el volcán Popocatépetl.
De tal forma que ahora Agua de Puebla trabaja en restablecer las redes hídricas de Puebla para que el agua llegue bien y para todos aquellos que están dentro de sus áreas de cobertura.
¿Qué pasaría si el gobierno del estado termina la concesión con Agua de Puebla?
Al terminar de manera repentina la concesión de Agua de Puebla, el gobierno del estado se vería en la obligación de pagar al menos 5 mil 300 millones de pesos por dejar inconcluso el contrato.
Por otro lado el estado, al no contar con la infraestructura adecuada para administrar el agua potable de Puebla, no podría hacerse cargo y se vería en la obligación de permitir la entrada a una nueva concesión.
De tal manera que lo ideal es que la concesión concluya su operación y entonces se pueda analizar, con base en los resultados obtenidos, durante el tiempo que lleva Concesiones Integrales, S. A. de C.V., si podría darse un nuevo acuerdo o no.
La clave del tema reside en comprender que la existencia o la erradicación de una concesión no soluciona los temas de agua potable, debido a que se debe analizar el histórico que ha llevado al vital líquido del territorio en la situación en la que se encuentra actualmente. (MIG)