El 13 de Febrero del presente año, la Gaceta Ecológica hizo pública la expedición del resolutivo en el que se aprueba la construcción del "Libramiento Poniente de la Ciudad de Puebla" y recientemente el director del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Raúl Aguirre Valencia, estimó que sería para junio cuando se iniciaría su construcción.

Un poco consternada aun por la imagen de los dos enormes gasoductos que se pretenden construir en el Estado pensaba en qué consecuencias tendría para el ambiente añadir este nuevo camino en el territorio, el resultado me sorprendió aun más. En la figura 1 se puede observar una imagen con las zonas de riesgo ante una erupción volcánica, el trazo del Arco Poniente y el Gasoducto del Proyecto Integral Morelos (PIM). Lo primero que salta a la vista es que ambos cruzan con el área que CENAPRED caracteriza como de peligrosidad media, esto es que al igual que el Área 1: de peligrosidad alta, podría ser afectada por derrames de lava, flujos piroclásticos, flujos de lodo e inundaciones, pero la probabilidad es 10 veces menor que la contemplada para el Área 1.

Áreas de afectación en caso de erupción volcánica. (La imagen fue generada a partir de archivos vectoriales de CENAPRED, el modelo de elevación digital del INEGI y los trazos del Gasoducto del PIM y del Libramiento Poniente de los datos reportados en sus Manifestaciones de Impacto ambiental).

Entonces tenemos la posible construcción de dos obras en una de las pocas regiones en las que aun se producen alimentos para seres humanos, que son relevantes para el abastecimiento del agua y cuya integridad biológica debe ser cuando menos preservada por su proximidad a la región terrestre prioritaria 116, además que serían construidas en una zona de riesgo sísmico y volcánico, esto no suena muy convincente.

En la década de los 70, cuando se inició la evaluación del impacto ambiental en la construcción de caminos, el enfoque era tratar de buscar las consecuencias de hacer un camino en el ambiente, sin embargo ante la construcción de múltiples caminos de forma simultánea se hizo evidente que era necesario un enfoque de redes y analizar en conjunto sus consecuencias.

En el caso del Libramiento Poniente y del Gasoducto del PIM haría falta hacer una análisis más profundo que contemple por un lado las consecuencias del proceso de construcción y del funcionamiento de ambas obras en el ambiente, pero también de los riesgos asociados para las poblaciones humanas y para el ecosistema. Desafortunadamente parece no haber tiempo, el gobierno está decidido a iniciar ya con estas obras.

En materia ambiental y de salud humana desde hace muchos años cuando existe incertidumbre sobre el daño al ambiente o a la salud humana se considera necesario aplicar el principio de precaución, enunciado desde 1987 en el Informe Brundtland y que después fue tomando diversas formas en los tratados internacionales y las legislaciones de cada país.

Este principio básicamente expone que ante la falta de evidencias científicas de un daño a la salud humana o al ambiente se debe considerar las posibles consecuencias de llevar acabo determinada actividad humana y hacer una análisis del costo-beneficio y en todo caso desistir de dicha actividad. El principal problema con este principio es que depende de quien lo enuncie que considere que el riesgo bien vale la pena.

Desde la lógica de los comunes que habitamos las ciudades y el campo los "beneficios" que el gobierno plantea no compensa los riesgos intrínsecos que conllevan ambas obras, sumados a los riesgos ambientales de los sitios elegidos. A cada paso que da el gobierno el descontento social que existe en la región desde haca ya casi cuatro años parece cobrar mayor fuerza, tal vez esta sea la razón de buscar la aprobación de la llamada "ley bala", acaso son ellos, el 1% de la población que se beneficia realmente de estas obras y sus aliados, los que se preparan para la batalla y nos dicen a nosotros, el 99% de la población que solo buscamos seguir adelante en el día a día, que somos violentos.

Trazo del Gasoducto del PIM y el Libramiento Poniente (Imagen generadas a partir de un archivo LandSat 8 más los datos reportados en las MIA de cada obra).