¿Qué sigue en el PAN?

  • Marcelino León Ochoa

“No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino”.

Goethe

 

Concluido el proceso interno nacional y reelecto Gustavo Madero para un periodo de aproximadamente año y medio, vale la pena destacar que a pesar de lo rudo de la contienda, las descalificaciones y denuncias, el PAN sigue de pie, intacto y vigente. Mucho abonó al fortalecimiento de la institución la actitud del senador Ernesto Cordero, quien no sólo reconoció el triunfo de Madero sino que ya ha tenido acercamientos con el reelecto dirigente.

 

Después de 60 días de intensa campaña y con un 43% de panistas que creyeron en el discurso de Cordero, -pues éste habló en muchos aspectos de lo que los panistas querían escuchar-, porcentaje que para nada debe despreciarse o minimizarse, para el PAN, ¿qué sigue?

 

De inmediato, sanar heridas, olvidar y perdonar agravios, pues en ocasiones los que inician las confrontaciones, personajes destacados o al menos mediáticamente importantes, al poco tiempo se contentan, incluso se reencuentran y alían para otros procesos y la militancia queda a la deriva, en la lógica de una lucha de contrarios que no lleva a nada.

 

Por eso, considero que una manera clara de salvar las diferencias y curar las heridas es integrar no sólo a algunos panistas que simpatizaron con Cordero y Oliva, sino sobre todo retomar algunas de sus propuestas, entre las que destaco:

  • Tomar en cuenta a la militancia para los siguientes procesos electorales, pues ya es costumbre que para evitar desgastes internos, se opte por la designación, dejando a un lado la opinión de los panistas.
  • Aclarar los supuestos actos de corrupción por parte de algunos personajes y operar los cambios que sean necesarios para limpiar la imagen del partido, tanto hacia adentro como hacia afuera. La credibilidad en el actuar de la nueva dirigencia es un factor fundamental en el desarrollo político del partido.
  • Reforzar la formación y capacitación de cuadros directivos y nuevos liderazgos, preferentemente de jóvenes y mujeres, que revitalicen a la institución, sobre la base de los principios y valores del humanismo.
  • Acercar liderazgos a la militancia. Si algo bueno tuvo esta campaña interna fue ver de cerca y hasta dialogar con los dirigentes  y algunos liderazgos nacionales del partido. Es vital fomentar este tipo de encuentros para motivar a la militancia. Si se abandona este acercamiento con los distintos liderazgos, se entenderá que sólo fue por motivos meramente electorales y que una vez más, sólo importa la militancia por los votos.

Sin ser ajenos a este ambiente nacional, en el PAN de Puebla viene ahora un fuerte periodo de renovación, tanto de dirigencias municipales como del Consejo Estatal, y esto debe suceder entre los meses de julio y septiembre de este año.

Espero que las diferencias surgidas por la contienda nacional no prevalezcan y que por el contrario, se fomente la unidad, el diálogo, la cooperación y la negociación inteligente, pues estas renovaciones significan la antesala del proceso federal 2015, en el que el partido deberá apostar sus cartas por mantener una fuerte presencia en la Cámara de Diputados.

Pronto veremos si el lema “devolverle el poder al militante” trasciende las decisiones internas y se ve reflejado en candidaturas a las distintas diputaciones o si bien, como algunos afirman, éstas ya están negociadas de antemano, confirmando con gran pesar que no entendimos el mensaje de los panistas ni aprendimos nada del pasado proceso nacional.

 

César Marcelino León Ochoa

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Marcelino León Ochoa

Politólogo. Maestro en Gestión Pública. Coordinador de asesores del grupo de regidores PAN.

Catedrático en UPAEP. Ex regidor del Ayuntamiento de Puebla 2011-2014