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La historia de la mujer a quien Napoleón le dedicó Pajarillo
En una entrevista que dio hace tiempo, José María Napoleón dio detalles de la mujer a quien le dedicó la canción de Pajarillo, uno de sus temas más recordados.
“Maquillaje a granel
Usaba a diario, y vendía la piel
A precio caro, de las ocho a las diez
En una esquina
Era joven y fiel
Era rosa y espina”, es como inicia la canción del intérprete.
El cantante mexicano contó que conoció a la mujer que inspiró su canción a los 8 años, porque llegó a rentar un cuarto en su casa. Él le hacía mandados a ella.
Napoleón relató que en ese tiempo vivían una situación económica complicada en Aguascalientes y cuando ella llegó a pedir un lugar donde vivir, su mamá le dio un espacio.
El artista contó que no sabían a qué se dedicaba su inquilina, quien aparecía y desaparecía; pero por la relación que tuvieron con ella fue un miembro más de su familia.
Además el artista dijo que hasta la fecha siente un gran cariño a por ella y que este es un reconocimiento a las mujeres que tanto se juzga. “Ella era un alma bondadosa conmigo y con todos”, recordó.
Napoleón escribió la canción cuando tenía 16 años y confesó que si recuerda el nombre de ella, pero que nunca lo revelará.
Además contó una anécdota, en la que una persona le dijo que ya sabía el nombre de la mujer: “Blanca Salas”, esto en alusión de que era “Un pajarillo de blancas alas”.
En otra anécdota el cantante oriundo de Aguascalientes recordó que un hombre le dijo que ya había comprado 10 discos esperando que en uno de ellos el revelara el nombre de la mujer, pero que en ninguno lo mencionada. Además le pidió que le revelará el nombre de ella, ero el artista no lo hizo.
En la entrevista Napoleón contó que él supo que ella se fue a vivir a Poza Rica, que se casó y formó una familia.
Aquí la letra de Pajarillo:
Maquillaje a granel
Usaba a diario, y vendía la piel
A precio caro, de las ocho a las diez
En una esquina
Era joven y fiel
Era rosa y espina
Y se llamaba
No sé, nunca lo supe
Nunca le pregunté
Nunca dispuse de su tiempo y su piel
Era un mocoso y tan solo le miré
De pozo en pozo
Y era un pajarillo de blancas alas
De balcón en balcón, de plaza en plaza
Vendedora de amor, ofrecedora
Para el mejor postor
De su tonada
Cinco inviernos pasaron
Y ahí seguía a la misma hora de ayer
La misma esquina, era joven y fiel
Y aún tenía la rosa de su piel
Y más grande la espina
Y sonreía al pasar
De los mirones, bajo de aquel farol
Noche tras noche, veinte veces se la llevaron presa
Y cantó su canción, tras de las rejas