Se encuentra en puerta el escandaloso caso de PEMEX, cuyos contratos y relaciones con empresas privadas vuelve a ser tema de posibles actos de corrupción, tráfico de influencias, peculado, cohecho, más todos los delitos de cuello blanco que se puedan sumar. Vamos a utilizarlo como ejemplo para la aplicación del “análisis económico del derecho”.

Considerando los cifras millonarias que en pérdidas representa para la petrolera y el erario público, así como para la financiera BANAMEX que ha resultado implicada, siguiendo las reglas de esa teoría jurídica, debiesen analizarse los costos que representan para las partes implicadas, para llegar a una “amigable composición” en la que quienes causaron los daños e incumplimientos asumieran sus responsabilidades.

Con posterioridad a la solución del conflicto, sería necesario evaluar las leyes en torno a este problema y verificar si están alcanzando por medio de los incentivos –como facultades de las autoridades, imposición de sanciones, tipificación de delitos, etc.- sus objetivos principales.

Si la evaluación fuera negativa debieran proponerse las reformas necesarias con el estudio al impacto económico que causarían. Este es el escenario en que nos encontramos en la actualidad, aunque desconocemos si la reforma energética establecerá los candados para evitar este tipo de actos.

 Si en su caso, la evaluación a la ley hubiera resultado favorable sería necesario analizar los procedimientos públicos y privados, en la tramitología para la asignación de contratos administrativos, la adquisición de deuda pública, el seguimiento a los procedimientos de responsabilidades administrativas, etc., pues la falta de eficiencia encontraría en este nicho su área de oportunidad.

Conocemos que las estrategias de muchos individuos consisten no en la prevención de las hipótesis contenidas en las leyes, sino en encontrar las ventanas  o puertas para utilizarlas en su beneficio, sin importar el desgaste que a las propias instituciones, al sistema y a la población se generen. He aquí un defecto de la teoría pues al encontrarse en el mundo de las ideas, olvida que en muchas ocasiones no es la ley la que carece de las herramientas para prevenir delitos y prácticas indebidas, pues no presenta elementos claros para prevenir las malas prácticas de los operadores públicos y privados que la manipulan a su antojo.

Es un placer saludarles y continuar promoviendo la cultura de la Legalidad, Agradezco, con mucho respeto sus comentarios y sugerencias en: normapimentel@hotmail.com