Cuando a alguien le importas

  • Alejandra Fonseca

Es real, aunque no lo parezca, pero en este mundo de globalización, de tecnologías de punta, de redes sociales y de virtualidad, me pregunto: ¿Qué es real?

La realidad no existe o es todo lo que existe, principalmente si existe en nuestra mente. No importa que no exista en la mente ajena, sino en la propia porque cada quien crea la suya. Y si alguien coincide, en un instante, de la manera que sea, con nuestra existencia, se eslabonan eventos que derivan en otros y ese es el fluir de la vida.

Eso pasó con Raimundo Arruda Sobrinho, vagabundo brasileño de 76 años. Vivía en su mundo alejado del resto, y el resto del mundo, evitándolo. Rodeado de basura, mugre, suciedad y botellas de plástico y vidrio, rotas y completas, llenas y vacías. Vestido con ropa sobre ropa, con una gorra tejida de color negro u otra hecha con papel de estraza sobre su cabello largo y apelmazado por días y días, día tras día, meses y años de no bañarse ni pasarse peine o cepillo alguno, vaya, ni los dedos entre los cabellos. Su barba blanca larga erizada… y su rostro, cubierto de costras de mugre.

Fueron casi 35 años que vivió en lo que él llamaba “La Isla”, entre los carriles de la Avenida Pedroso de Moraes, en la esquina con Piazza Ernani Braga, en el barrio Alto de Pinheiros de Sao Paulo, Brasil. El hombre tenía una caja de plástico negra donde guardaba sus pertenencias, y sobre ella, escribía. No había domingos ni fiestas de guardar. No había el difícil lunes, ni orden alguno en los meses del año, ni en los años. Y es lo que hace todo el día: Anotar con tinta negra, sobre papel hecho tiras, sus “declaraciones personales” que firma como “El Condicionado” mismas que regala a la gente que pasa. En el 2001, en entrevista confesó a Alexandre Amorim: “Mira, yo no quiero... yo no quiero que nadie me lea. Sólo me importa escribir. Escribo realidad, escribo algo que observo. Lo que yo observo, pienso. Pero soy incapaz de escribir un cuento, una novela, poesía, nada.”

Un día del 2010, Shalla Monteiro se acercó para preguntarle qué escribía y él abrió su caja para enseñarle los originales de sus frases. Ella le ofreció abrirle una cuenta en Facebook. Lo hizo y fue reconocido en esta red social como una de las Top 10 Historias y se le ha dado difusión en un amplio documental. De ahí todo es historia: su hermano, uno de diez, lo reconoció y lo invitó a vivir con él. Raimundo ya es otro hombre, y está a punto de publicar su primer libro con sus declaraciones personales.

Todo cambia cuando a alguien le importas…

https://www.facebook.com/pages/Raimundo-Arruda-Sobrinho-Fans/1451904751706372?fref=ts

alefonse@hotmail.com

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes