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Murales en Puebla favorecen unión de la comunidad: Colectivo Tomate

  • Laura Ruiz
El colectivo recupera historias en La Resurrección, Azumiatla y La Margarita
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Lo que hace una década comenzó como los coloridos murales urbanos que el Colectivo Tomate pintó en el barrio poblano de Xanenetla, hoy se ha expandido a casi medio país y ha dejado resultados medibles.

Así lo señaló Luisa Maribel Benítez Ramírez, directora del proyecto, al presentar los murales más recientes en las juntas auxiliares de La Resurrección y San Andrés Azumiatla, así como en la unidad habitacional La Margarita.

"Recogíamos historias, grandes historias de la comunidad, de las personas con las que trabajamos y era muy fuerte y valioso y nos inspiraba a seguir.

"Sin embargo no teníamos esa carnita, esos datos duros que mucha gente necesita escuchar para decir 'tu trabajo sí funciona'", dijo una rueda de prensa realizada este jueves.

Para medir los resultados se han realizado estudios a cargo del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, la agrupación Camino Colectivo y Adeco.

Benítez Ramírez detalló que involucrar a más de 1.5 pobladores en proyectos de 15 estados, favoreció al empoderamiento y el sentido de compromiso social.

"Vamos a comunidades donde parece que ya no hay nada más que hacer, que ya nos vamos a quedar así y que todo siempre tiene que ser igual.

"Y de pronto, a través de los proyectos que realizamos en conjunto, hay esperanza, hay unión, hay recuperación del espacio", comentó.

Aunque tienen planes de llegar al resto del país, 10 años después regresaron a Puebla en tres espacios para pintar 95 murales a cargo de 42 artistas de diferentes orígenes.

Las nuevas pintas realizadas en las últimas semanas recogen las historias de quienes los habitan y también lo que caracteriza a esos puntos de Puebla.

En La Resurrección, por ejemplo, se encontraron con el contraste de una comunidad de origen náhuatl y las nuevas generaciones que se identifican con la cultura punk, pero no pierden sus raíces a la hora de organizar actividades sociales.

De Azumiatla el proyecto recogió el sentir de una comunidad rural que está en un momento de cambio ahora que el crecimiento urbano está por alcanzar las milpas que les quedan.

Mientras que en La Margarita, el Colectivo Tomate se encontró con una de las unidades habitacionales más relevantes de la ciudad y con vecinos que se sienten orgullosos de su origen trabajador.

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