Plurinominales, intocables

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Senadores y diputados federales tuvieron la oportunidad de eliminar la figura de plurinominales,  no lo hicieron y dejaron ir la ocasión de recibir el reconocimiento popular, que tanta falta les hace.  No fueron al fondo de la crisis política que se vive en el país. Los vicios y abusos que existen en la partidocracia y entre la misma clase política son muchos, pero en especial, convenencieramente los actuales legisladores, fingieron demencia y  no tocaron la figura de representación proporcional, que es una especie de beca, con mucha influencia política y mayor poder económico, más que aquellos legisladores que lograron la mayoría del voto popular.

Los mexicanos, antes de la aprobación de las reformas político electoral,  solicitaron a través de millones de firmas, la eliminación de la figura de los plurinominales, sin embargo, nuestros diputados federales y senadores de la república, como siempre,  hicieron caso omiso de la voz popular.

Las reformas electorales que prácticamente eran un hecho, ahora son de derecho, prácticamente están consumadas. Los jerarcas de Acción Nacional deben estar contentos y felices porque, salvo algunas enmiendas, las reformas pasarán como ellos querían. Ahora los panistas, a manera de pago de factura, tendrán que corresponder el favor de los priistas y  apoyar la reforma energética, que es  prioridad de Enrique Peña Nieto, quien a encontrado verdadera oposición con el perredismo y en especial con el convaleciente Andrés Manuel López Obrador.

Las enmiendas constitucionales, salvo la reelección de alcaldes, diputados y senadores y el ajuste de fechas y tiempos de la función presidencial, lo demás es un facsímil de lo que ya existía, parecido al chapulineo. Muchos políticos  viven de la política, se han enriquecido, -no de manera honesta-, de la política y tienen asegurada su situación económica personal, la de su familia y futuras generaciones, gracias a la política. Tenemos varios ejemplos, políticos de todos los partidos políticos:

Manlio Fabio Beltrones, Javier Corrales, Pablo Gómez, Ricardo Monrreal, Emilio Gamboa Patrón, María de los Angeles Moreno y otros, por mencionar algunos de los nombres de las llamadas “vacas sagradas” de la partidocracia mexicana. Ellos al igual que muchos otros se han perpetuado en el Congreso de la Unión o en el Senado de la República por el chapulineo que ejercen. 

Ahora gracias a las reformas políticas, que ellos mismo se aprobaron, podrán reelegirse sin problemas y sin sobresaltos, no importa que la figura con que llegaron a un cargo de elección popular a los congresos de los estados, Congreso de la Unión o Senado de la República haya sido través de representación proporcional, finalmente ellos también tendrán derecho a continuar en el cargo, previa evaluación de la ciudadanía, pero no dicen quien evaluará su trabajo, ya que nadie los eligió. ¿A quien representan…? A nadie.

La voz popular pedía su desaparición, -representan una verdadera sangría económica para el erario público-, sin embargo, su clamor se diluyó. No fue escuchado por la clase política que hoy detenta el poder. Una vez más ha quedado demostrado que políticos y señores del gran poder,  muestran gran insensibilidad  a las demandas de la ciudadanía. Mientras tanto, aquí en la aldea poblana, los diputados ya se preparan para un periodo extraordinario de sesiones para avalar la famosa y cuestionada reforma legislativa.  SALUCITA DE LA BUENA.

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