Nemesio García Naranjo (primera de dos partes)

  • José Alarcón Hernández

Fue un distinguido escritor, historiador, periodista y político mexicano. Vivió acontecimientos importantes de la historia, como el porfiriato y la Revolución Mexicana.

Fue una persona polémica, con amplio bagaje cultural y una sólida formación académica, lo que le permitió escribir magistralmente decenas de libros.

En su obra, trata de ser objetivo y hace a un lado prejuicios, fobias y filias que ciegan la mente de cualquier escritor o periodista.

Nemesio nació el 8 de marzo de 1883 en la ciudad de Lampazos, Nuevo León.

Realizó sus primeros estudios en Encinal, Texas y en el bachillerato del Colegio Civil de Monterrey. En 1903 se trasladó a la ciudad de México para ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Publicó artículos en el Diario del Hogar contra Bernardo Reyes, un político militar cercano a Porfirio Díaz.

Impartió clases en la Escuela Nacional Preparatoria y en el Colegio Militar.     

En 1909 se tituló como abogado y se integró al Ateneo de la Juventud junto con Antonio Caso, Isidro Fabela, Pedro Hernández Ureña, Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Diego Rivera y Martín Luis Guzmán.

En 1910 fue electo diputado de la XXV Legislatura y participó en las festividades del Centenario de la Independencia.

Se reeligió como diputado y formó parte de la XXVI Legislatura, representando al Partido Liberal de Nuevo León. Sus compañeros fueron José Ma. Lozano, Francisco M. de Olaguíbel, Aquiles Elorduy y Querido Moheno, quienes constituyeron el Cuadrilátero, conjunto parlamentario opositor a Francisco I. Madero.

Por sus posiciones políticas, en una ocasión estuvo a punto de batirse a muerte con el poeta peruano, simpatizante de la Revolución Mexicana, José Santos Chocano, quien en 1912 hizo público su apoyo a Madero.

En sus Memorias, publicación que consta de diez tomos, escribe sobre las primeras escisiones entre los revolucionarios:

"La desintegración de la familia revolucionaria se efectuaba porque no había en ella una cohesión auténtica: gentes disímbolas habían coincidido al pronunciar el ‘no’ contra el porfirismo; pero en el momento de formular afirmaciones, aparecieron las diferencias de cuna, de educación, de costumbres y de posición social. ¿Qué vinculación perenne podían tener los Madero y los Vázquez Gómez? Se juntaron para combatir contra el general Díaz, pero una vez que había caído el anciano gobernante, cada quien procuró interpretar la Revolución de acuerdo con sus ideas y sus conveniencias”.

"Yo veía todo aquello como espectador. Mucho se ha dicho que fuí de los irreductibles que comenzaron a hostilizar al señor Madero desde el  día de su triunfo; pero eso no es cierto como lo puede comprender quien se tome la molestia de analizar mi situación en aquel entonces. Todos sabían que yo era más adversario del general Reyes que de Madero, y, por lo mismo, habría sido  absurdo que renegara de mi pasado para vincularme con el ex gobernador de Nuevo León. Y en cuanto a los hermanos Vázquez Gómez, también se encontraban más lejos de mi ideario político que el señor Madero”.

"¿Qué objeto podía tener en lanzarme contra los candidatos cuando ellos mismos se hostilizaban recíprocamente? ¿Para qué emprender una lucha que me era extraña? ¿Qué podía ganar tirándole a Madero cuando los reyistas y los vazquistas le decían horrores? Y en cuanto a Reyes yo no necesitaba dirigirle requisitorias candentes, porque de eso se encargaba ‘Nueva Era’, el órgano maderista que había superado a ‘El Debate’ en virulencia y en procacidad".

Aquiles Elorduy, quien fuera su compañero diputado, sostiene, a diferencia de Nemesio García que la causa inicial del fracaso de la Revolución, no fue precisamente las diferencias de educación o de costumbres entre maderistas y  vazquistas, sino el error de nulificar el acto de extraordinaria importancia cívica, que había sido la Convención Antirreeleccionista del 15 de abril de 1910.

Sobre el discurso que pronunció al conmemorarse el triunfo militar de Porfirio Díaz del 2 de abril de 1867 en Puebla, García Naranjo escribe:

"Los diputados que le debían sus curules a don Porfirio, se pusieron de pie y el discurso se interrumpió durante cinco minutos. Al restaurarse la serenidad, procuré hacer ver lo difícil que es tomar por asalto una plaza. Casi todas las embestidas contra ciudades fortificadas, terminan en fracasos. Enumeré las más famosas acometidas militares de la historia que han sido rechazadas; y luego, les pregunté a los diputados”:

“¿Sería decoroso que nosotros, los que ayer tocamos a diana, permaneciésemos mudos, como los cortesanos de Luis XVIII ante el recuerdo de Marengo y Austerlitz? La leyenda napoleónica quiso ser ahogada por la envidia de los Borbones que confundieron la agonía de un régimen con la agonía de la verdad, y se olvidaron de que las victorias de Bonaparte eran las victorias de Francia".

“Dirigiéndome a los antiporfiristas, les dije que les entregaba el recuerdo del estadista. 'Podéis analizarlo sin piedad; clavad en él vuestros escalpelos; partid sus músculos; romped sus arterias; descuartizad sus nervios Pero inclinaos ante el guerrero, porque desde hace cuarenta y cinco años reposa en el regazo maternal de la República'".

De la XXVI Legislatura, 1912-1914, Nemesio García subraya:

“Fue un error de los maderistas procurar guillotinas a los 30 candidatos del Partido Católico, a los dos del Antirreeleccionista. Ningún perjuicio les habrían causado esos pocos diputados, ante la mayoría aplastante que ellos formaban”.         

“A pesar de esas fallas imperdonables de los maderistas, -renovadores como se denominaron ellos mismos-, la Cámara de Diputados de la XXVI Legislatura, y aun el Colegio Electoral, pueden clasificarse como asambleas demócratas e independientes”.

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José Alarcón Hernández

Lic. en economía, con mención honorífica. Diputado Local dos veces y diputado federal dos ocasiones. Subsecretario de Educación Superior de la Entidad y Subsecretario de gobernación del Estado. Autor de 8 libros publicados por la Editorial Porrúa. Delegado de la SEP Federal en el Estado. Actualmente Presidente del Colegio de Puebla. A.C.