50 años después

.

"No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país." JFK en su toma de protesta como Presidente de los Estados Unidos.

Hace 50 años asesinaron a John F. Kennedy, en un magnicidio que estremeció y sigue estremeciendo al mundo. 50 años han pasado, cuajados de intrigas, teorías de conspiración, historias inverosímiles, ríos de tinta, toneladas de libros, preguntas sin respuesta, y  todo para paliar el asesinato de un hombre, que tras su trágica muerte se convirtió en un mito.

Kennedy, fue elegido en 1960 como el 35° presidente de los Estados Unidos; ocupando su cargo por dos años y meses. Y aunque fuera el segundo presidente más joven de su país (Theodore Roosevelt fue el más joven con 42 años), se le piensa como tal; digno representante de su país, donde el hijo de un inmigrante podía llegar a ostentar el máximo cargo de elección popular.

Durante su presidencia ocurrieron eventos muy significativos: la invasión de Bahía de Cochinos y la Crisis de los misiles (ambas en Cuba), así como el inicio de la Guerra de Vietnam. Cuba representó las peores crisis (y errores) de su gobierno.

En su presidencia, se consolidó el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos liderado por Martin Luther King, dio inició la carrera espacial,  y se inició la guerra fría con la construcción del Muro de Berlín.

Kennedy hijo del idealismo de su tiempo, en su discurso inaugural demandó a sus conciudadanos la necesidad de que fuesen más participativos. A las naciones les pidió luchar contra “el enemigo común del hombre: la tiranía, la pobreza, las enfermedades…”

Fruto de esa convicción, JFK creó el “Cuerpo de Paz”, programa el cual invitaba a los estadounidenses a ofrecerse como voluntarios para ayudar a naciones en desarrollo ya fuese en educación, agricultura o salud. Kennedy creía que para ser la nación líder, Estados Unidos debía imponerse no sólo por las armas (recordemos, era la Guerra Fría), sino también comprometiéndose con el mundo y ayudándole a sus pobladores de manera real.

Apoyó la integración racial e intervino (antes de ser presidente) para lograr la excarcelación de Martin Luther King. Ya como máximo dirigente de su nación, instó a los congresistas para que legislaran y se pudieran palpar en leyes, los ideales propuestos por Lincoln 100 años antes. Su proposición se convertiría en la Ley de Derechos Civiles, desafortunadamente, se promulgó cuando él ya había fallecido. (1964).

JFK buscó cambiar la política gubernamental sobre inmigración, demandando una mayor igualdad y protección de derechos entre los migrantes. “The Immigration and Nationality Act” (Ley sobre Inmigración y Nacionalidad 1965) ayudó a trastocar la procedencia de los migrantes además, dicha ley apoyaba la reunificación familiar sobre la selección de los migrantes. Tal vez, ésta haya ha sido la ley que en realidad apoyó en su momento a nuestros inmigrantes.

Kennedy propuso una reforma para reducir los impuestos, la cual le fue aprobada post-mortem. Sin embargo, fue criticado por relajar la política monetaria, permitió por los  primeros déficits presupuestarios aún sin guerra ni recesión, pero buscando estimular el crecimiento económico. La economía se aceleró durante su mandato, pues el PIB creció en un promedio del 5.5% anual y el desempleo disminuyó.

Pugnó por llevar al hombre a la luna, prometiendo lograrlo antes de que terminara la década de los 60s. Lo llamaron iluso y soñador, la historia (otra vez, él no la vivió) en 1969, le dio la razón.

Kennedy mandó ayuda a Latinoamérica (especialmente Venezuela, Colombia, Puerto Rico), tratando de contener el comunismo, lo cual fue criticado en su momento. Pero más allá de ideologías, propuso programas dentro de la región, apoyando la educación, la agricultura y ante todo, proponiendo un mayor conocimiento de los derechos humanos.

Como cualquier hombre tuvo aciertos, errores y muchas debilidades, pero eso es parte de lo que lo hizo grande, era tan humano y alcanzó sus sueños.

Una bala (o muchas, dependiendo de la teoría de conspiración) segó la vida de un hombre. Pero no pudo acabar con su legado, cargado de ideales. Kennedy es un icono de las aspiraciones y esperanzas del ser humano, no sólo del pueblo americano.

Hoy, como hace más de 50 años sigue siendo una guía de compromiso y esperanza para todo el mundo, lo que John F. Kennedy le dijo a sus connacionales: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país.

También sigue siendo válido ser idealista y perseguir nuestros sueños, así, mientras existan “Quijotes” que alcancen sus objetivos, el legado de Kennedy, a 50 años de su asesinato, seguirá vivo.

Opinion para Interiores: