En la actualidad existe un gran problema en la formación de hábitos  de orden y limpieza en los salones de clases y otras zonas de las escuelas por parte de los jóvenes preparatorianos en diferentes lugares de  México. Sin duda ningún lugar se escapa de esta problemática de los malos hábitos, puesto que no ha quedado claro si es la responsabilidad del maestro o el de la familia de los jóvenes el darle esta formación de hábitos de limpieza, orden y de alimentación, etc.

Dentro de esta problemática entran también los jóvenes de las zonas rurales, por ejemplo en las preparatorias de pequeñas regiones de México los preparatorianos no tienen el hábito  o la costumbre de mantener  limpios sus salones de clases o algún otro sitio de la escuela en donde pasan una gran parte del tiempo.

Los alumnos no consideran importante mantener limpio sus espacios de estudios, a pesar de que existen reglas que indican que todos los espacios deben de estar limpios y ordenados, la mayoría de las veces tiran la basura de lo que consumen en el interior del salón y en otras áreas de la escuela a pesar de la presencia de contenedores de basura. Por esto es de suma importancia la participación de la institución en cuestión, los maestros, los padres de familia y por supuesto la juventud de las escuelas.

En este artículo se contestarán algunas preguntas que son de suma importancia para entender el problema a que nos enfrentamos como docentes de cualquier institución. ¿Qué es un hábito? ¿Quiénes son los responsables de formar hábitos de orden y limpieza en los jóvenes preparatorianos? Y en los jóvenes en general.

Es importante buscar que los docentes junto con los alumnos  de las preparatorias  regionales tengan hábitos de  orden y limpieza dentro de los salones de clases y en otras áreas de la escuela. Y que  los alumnos tengan el hábito de tomar la iniciativa para la asignación de limpieza y aseo de los espacios de la escuela.

El objetivo es formar hábitos de orden y limpieza en los jóvenes de las preparatorias regionales dentro de los salones de clases y en otras áreas de la escuela, bajo la guía o vigilancia de los maestros, ya que en ocasiones para la limpieza se utilizan productos como cloro o sarricidas. Este artículo se hace bajo la necesidad de fomentar a los jóvenes preparatorianos los hábitos de limpieza y orden en la escuela, ya que la formación de estos hábitos  forma parte de la  enseñanza junto con el apoyo de los padres de familia.

Al tener un lugar limpio y ordenado para estudiar permitirá a los jóvenes estudiar en un lugar y ambiente más saludable, mientras estudian en los salones o en cualquier otra área de la escuela; limpia evitarán algunas enfermedades respiratorias o alguna otra enfermedad causada por la suciedad, por la falta de limpieza en las zonas como los salones de clases.

El hábito se puede definir de la siguiente manera “toda conducta que se repite en el tiempo de modos sistemático” (1). Es decir, que debe de ser regular confundiéndose con la vida del individuo que lo ostenta; la mayoría de las personas tenemos arraigada una serie de hábitos que tiene notable influencias en nuestras vidas, hasta el punto en que pueden determinar nuestros éxitos o fracasos en diversas actividades que realizamos.

Por tal motivo es importante  poner atención en nuestras conductas recurrentes. Muchos de los hábitos son inconscientes. La mayoría de las veces podemos visualizarlos con facilidad y cambiar algunos de los que consideramos como malos hábitos, aunque es difícil eliminar algunos  como tirar basura en las calles, pegar chicles masticados en algún lugar, fumar, beber en exceso, etc. Sin embargo también destacan los buenos hábitos. ¿Cuáles son los buenos hábitos? Los buenos hábitos(2) son aquellos que encaminan la existencia personal a que mejoren la calidad de nuestras vidas.

 Así, algunos de los buenos  hábitos podría ser el  de estar informado, educarse, hacer ejercicio, mantener la higiene, mantener limpio algún lugar, mantener un orden en algún lugar, alimentarse saludablemente etc.  Pero ¿qué pasa con los malos hábitos? Por el contrario, los malos hábitos(3) nos podrían traer  consecuencias negativas para nuestras vidas, aparte de ser fuente de insatisfacción y en algunas ocasiones de vicios. Algunos de  los malos hábitos pueden ser dañinos y difíciles de eliminar. Como ejemplo podemos mencionar el excesivo  ocio (4), el despilfarro de dinero, etc. Muchos de los hábitos que tenemos lo desarrollamos en la infancia o en edades tempranas como en al adolescencia, cuando aún no tenemos  claras ideas de sus consecuencias. En ocasiones podemos adquirir tanto los buenos como los malos por influencia del medio externo, como por ejemplo la familia.

¿Se pueden eliminar los hábitos?

Se pueden modificar o eliminar algunos hábitos; Ruíz (2011) señala que la mente neuronal asimila nuevas prácticas luego de 21 días de ejecutarlas de manera consecutiva, pero que es absolutamente necesaria la perseverancia para inculcar un nuevo hábito. Existen maneras de no sólo eliminarlos, sino de establecer otros que sean buenos y beneficien nuestras vidas. Ruiz recomienda seguir los siguientes sencillos pasos  de forma consistes para cambiar los malos hábitos:

1.- Se autocrítico pero no agresivo.

2.- Visualiza: ¿Qué quieres conseguir? ¿Lo tienes claro?

3.-Compromiso.

4.-Fija un plazo.

5.- El hábito hace al monje.

6.-Pásatela bien.

Sin embargo, Valois (2013) señala cinco maneras rápidas de eliminar los malos hábitos:

1 - Dolor: El motivador escondido.

2 - Tus 3 Balas de Oro.

3 - "Cambia" tu pasado.

4 - Visualiza, visualiza, visualiza.

5 - Poco a poco (Este es breve pero efectivo).

Si queremos cambiar algún habito que tenemos es un buen momento para seguir los pasos recomendados, cualquiera de ellos nos ayudará mucho en este cambio. Y son puntos que los jóvenes preparatorianos pueden seguir con facilidad y con estos puntos también se formará una disciplina.

¿Quiénes pueden formarnos en los cambios de hábitos?

Seguramente muchas veces nos hemos hecho la pregunta: ¿Quiénes tienen la responsabilidad de fomentarnos los buenos hábitos? No podemos decir que un solo individuo es el responsable de fermentarnos los hábitos sobre todo cuando hablamos de los buenos hábitos como la alimentación saludable, cepillado de dientes, mantener nuestros lugares de trabajo limpios o mantener los lugares en donde estudiamos limpios y ordenados etc. Puesto que socialmente todos debemos de tener la responsabilidad de fomentar los buenos hábitos, sin embargo cuando decimos que todos somos responsables resulta que al final nadie es el responsable de esto. 

La mayoría de nosotros sabemos que los hábitos, las costumbres e incluso tradiciones vienen desde la formación de nuestros hogares, es decir, la participación de la familia resulta crucial ya que en el seno familiar aprendemos todas las cosas que debemos de aprender para la convivencia en la sociedad. Pero también resulta que las instituciones educativas como las escuelas desde el nivel básico hasta el nivel medio superior son responsables de terminar de formarnos en cualquier aspecto de la vida e incluso deben de formar, reforzar los buenos hábitos y moderar, cambiar, o eliminar los malos hábitos que nos perjudican o nos pueden perjudicar en nuestras vidas.

Por ejemplo “lo que comes, el tiempo que dedicas a leer, cómo gastas tu dinero, cómo distribuyes tu tiempo, lo que dices a la gente, si eres puntual, cómo atiendes al teléfono o cómo organizas tu casa decidirán tu vida. La suma de tus hábitos dirá dónde estás y de lo que eres capaz. Es bastante predecible. Por ejemplo, si no eres puntual tu estrés será alto y tendrás varios problemas por falta de seriedad. Pero si tu puntualidad es un hábito, eliminarás muchos problemas y tendrás fama de persona seria” (Valois. 2013. p.111).  Podemos observar que cada hábito que tengamos reflejará nuestra personalidad. Lo mismo pasa cuando adquirimos o modificamos un hábito tan común como el mantener limpio y ordenado nuestros lugares de trabajos o estudio.

Esta son algunas estrategias que recomiendo para la formación de los hábitos de limpieza y orden dentro de los salones de clases y de otras áreas de la escuela.

1.-Proyección de video “Acumuladores Extremos-discovery home and healt” duración: 44:52 min.  Y “Japón: Educación practica (Limpieza)” duración: 1:43 min.

2.-Formación de equipos de cinco integrantes para asignar tareas de aseos a los equipos y se rotación de  las tareas de aseo a diferentes equipos.

3.-Formar jornadas de limpieza con el apoyo de la institución, padres de familias y alumnos de diferentes niveles de preparatoria.

4.-Se recomienda tomar fotos que evidencie la actividad del aseo y construir un periódico mural en la escuela.

 

Finalmente todas las acciones deberán de empezar a crear esta formación de hábitos de limpieza y orden en los jóvenes preparatorianos, sin que los vean como castigos impuestos por la autoridad. Por último dejo algunas preguntas de reflexión tanto para los alumnos como para los maestros. ¿Qué hábitos quiero cambiar? ¿Para qué quiero cambiar esos hábitos? ¿Estoy dispuesto a cambiar algunos de mis hábitos? ¿Quién o quiénes me pueden ayudar  a cambiar mis hábitos?

Referencias

Viñao, Antonio, Higiene, salud y educación en su perspectiva histórica. Educar em Revista [en linea] 2010, (Sin mes): [Fecha de consulta: 1 de noviembre de 2017] Disponible aquí.

Pozuelos Estrada, F.J., Travé González, G.: "Algunas ideas, hábitos y conductas de los alumnos y alumnas de Educación Primaria sobre alimentos y alimentación". Investigación en la escuela. Nº 21, págs. 107-121, (1993). ISSN 0213-7771 [Fecha de consulta: 1 de noviembre de 2017] Disponible aquí.

Chile Vive Sano ¡Actívate!  La Escuela: Espacio privilegiado para la formación de hábitos saludables. Revista Chilena de Nutrición. [Fecha de consulta: 1 de noviembre de 2017] Disponible aquí.

Peiró i Gregóri, S. Carácter: formación de actitudes y hábitos. GITE PEDAGOGÏA. [Fecha de consulta: 1 de noviembre de 2017] Disponible aquí.

Valois, David (2013). Como eliminar tus malos hábitos. Más eficaz. [Fecha de consulta: 2 de noviembre de 2017] Disponible en: <maseficaz.com/productos/Desc/8HA-09aegoauhgasdmga.pdf>

Ruiz Orozco, A. (2011).  21 días para cambiar malos hábitos y hacerse de muchas buenas costumbres. En Órgano Interactivo NTN México no. 12. [Fecha de consulta: 1 de noviembre de 2017] Disponible aquí.