El proceso electoral de la facultad de derecho
- Salvador Vázquez Vallejo
La renovación de las autoridades personales en la BUAP ha creado una forma peculiar de hacer y entender la política universitaria. Hace cuatro décadas el proyecto de Universidad Pública matizaba y condicionaba la participación de los actores políticos y académicos universitarios, recordemos las grandes disputas y debates (no siempre afortunados) que se desarrollaron en torno a la Universidad Crítica Democrática y Popular, entonces los universitarios debatíamos abiertamente nuestras diferencias interpretativas porque sentíamos que éramos parte de un proceso de reforma continua de nuestra Universidad.
La peculiaridad de la política universitaria actual radica precisamente en que parte de un modelo educativo aun incierto pero operativo, un retraso en la reforma del marco jurídico universitario y en el acendrado carácter patrimonialista que le imprimen los grupos de interés y de poder burocrático a las elecciones de las mencionadas autoridades personales, imponiendo una lógica tribal en la aceptación y “bendición” de los candidatos “idóneos”, según la conveniencia y funcionalidad a intereses y privilegios poco claros de ahí la formación de ”clanes” y otras formas contingentes de agrupamiento que se tornan estáticos ante los cambios y la renovación en la gestión universitaria.
Como ya lo mencionábamos en el artículo anterior, la facultad de Derecho y Ciencias Sociales está inmersa en un proceso electoral accidentado más en la forma que en el fondo, lleno de vicisitudes por la carencia de proyecto académico de los candidatos que se llaman a sí mismos de “oposición” y que quieren conducirnos a veredas de regresión infinita sólo para llamar la atención de algún “clan” que subsane sus carencias y pueda otorgarles la “fuerza necesaria” para derrotar la “imposición” de una comunidad estudiantil y docente insumisa a los dictados de las externalidades tribales. Por eso esperaron siempre que en una sesión del Consejo Universitario alguien se convirtiera en el “defensor” de la causa de la “renovación sin proyecto”.
Desafortunadamente para los “opositores sin proyecto” la externalidad no fue posible y la Comisión de Legislación del Consejo Universitario resolvió lo que era de sentido jurídico común: ratificar el dictamen de la comisión de auscultación que niega el registro al Dr. Arturo Rivera Pineda por no cumplir los requisitos de idoneidad, y regresar las impugnaciones para que sean resueltas por la Comisión electoral de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Haber resuelto con otro criterio habría sido un precedente sumamente negativo, al contrariar las disposiciones y criterios normativos contenidos en la convocatoria respectiva y del propio Estatuto de la BUAP.
Si vemos el desarrollo del proceso electoral por el lado de los elementos intrínsecos (internalidades), la situación es un tanto patética para los tres candidatos “opositores sin proyecto”. Sus carencias acerca del conocimiento de los problemas y tendencias de desarrollo de la facultad de Derecho se manifestaron en toda su intensidad. Sólo a manera de referencia mencionamos tres aspectos: la vinculación social de la facultad, la investigación y el plan de desarrollo docente, mientras que los tres candidatos se limitaron a plantear de manera vaga generalidades que rayaban en entelequias, el Dr. Calos Antonio Sánchez Moreno fue muy preciso.
Grosso modo el Dr. Carlos Moreno propone entre otras cosas: para la vinculación, regulación de la práctica profesional con una vocación social de todas las licenciaturas , ampliación de las relaciones de intercambio y la creación de una relación permanente con los egresados, colegios de profesionistas y otros organismos sociales. Para la investigación y docencia, estímulos a los profesores investigadores de cada licenciatura, actualización permanente de docentes, fortalecimiento de cuerpos académicos, promoción de proyectos de investigación, fortalecimiento del sistema de tutorías y en general, aprovechar todas las zonas de oportunidades.
Las lecciones que se derivan del actual proceso electoral en nuestra facultad a nuestro juicio se pueden resumir en:
1.- Para ser director de nuestra facultad es necesario demostrar un conocimiento profundo del desarrollo de la problemática que es propia de la interrelación del Derecho y las Ciencias Sociales.
2.- Plasmar en un proyecto serio, informado y pertinente las propuestas viables para conducir el desarrollo de nuestra facultad.
3.- Demostrar capacidad intelectual, académica y de liderazgo que garanticen una gestión incluyente, plural y con una vocación social.
4.- Ratificar el compromiso social que ha caracterizado a nuestra facultad con los grandes problemas nacionales en una era de globalización que propicia diferenciación, exclusión y nuevos reclamos del entorno social.
El Dr. Carlos Moreno Sánchez es sin duda alguna el candidato idóneo para dirigir los próximos cuatro años nuestra facultad, estamos seguros del gran consenso que existe por la comunidad en torno a su persona, pero también tiene grandes retos y esperamos de él una conducción firme y reformadora.
¡NUEVOS TIEMPOS, NUEVAS RESPUESTAS PERO CON HISTORIA Y COMPROMISO SOCIAL!
Opinion para Interiores:
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Abogado, notario y actuario por la Universidad Autónoma de Puebla; maestro en Derecho Económico y doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Relaciones Internacionales por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, en donde le fue otorgada la medalla al Mérito Universitario. Actualmente es profesor-investigador de carrera en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales adscrito a la Licenciatura en Relaciones Internacionales; profesor invitado de las maestrías en Derecho, y Administración Pública de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro y conferencista en diversos eventos académicos. Es autor de la obra El pensamiento internacional de Octavio Paz y coautor en diversas obras colectivas.