Que Rafael Moreno Valle haya conseguido una donación de 650 mil del Banco Mundial para fomentar la rendición de cuentas y la eficiencia en rubros como el de salud, no es noticia. El gobernador está acostumbrado a ese roce social y financiero y a presentar proyectos a organismos internacionales, de tal manera que convence a sus ejecutivos de las bondades de sus ideas.
La verdad es que ese dinero, dicho sea de paso, servirá para maldita cosa. La rendición de cuentas es un tema que a la población no interesa y sólo de botín político de unos cuantos. Eso de la transparencia, la rendición de cuentas y otras jaladas parecidas, son una verdadera tomada de pelo.
Los ejemplos de que la rendición de cuentas es una burla a la sociedad mexicana, la representan los políticos. Más aun, los ex gobernadores, a quienes les encuentran una serie de irregularidades, transas, trapacerías, triquiñuelas y robos a lo descarado.
Los gobernadores, cuando no logran hacer pactos de impunidad, son exhibidos, perseguidos, encarcelados, multados e inhabilitados por sus sucesores. Pablo Salazar Mendiguchia de Chiapas, terminó en la cárcel, aunque ya salió.
Marcelo de los Santos de San Luis Potosí ha sido multado con 12 mil millones de pesos por irregularidades (o sea raterías) encontradas durante su gestión. Es decir, que de alguna manera encontraron algo que no está bien.
Otro exgobernador, éste de Tabasco, Andrés Granier, está detenido y encarcelado (por supuesto), porque su sucesor le encontró una serie de raterías que han sido exhibidas al público en general, como una gran función de cine.
Qué decir del exgobernador de Aguascalientes Luis Armando Reynoso Femat cuyo hijo Luis Armando es perseguido por la Procuraduría General de la República por una investigación de enriquecimiento ilícito. Desde luego que el exmandatario está señalado de irregularidades en el manejo del dinero público.
Pero historias como éstas no son raras en el actuar de los políticos y menos de los políticos mexicanos. La diferencia entre unos y otros, son los pactos de impunidad que logran sellar con sus sucesores. En Puebla todos sabemos quién es aquel que se robó todo lo pudo; sabemos que es multimillonario y sabemos que goza de impunidad.
Ni lo persiguen, ni lo investigan, ni le quitan el dinero que, literal, se robó. Y ahí anda, por paseando por la ciudad, atendiendo sus negocios, sus medios de comunicación, su notaría pública y a los amores de su vida: Jesica, Mariana y Mía.
El Verdugo
Fue la Maestra la que intervino para sellar el pacto de impunidad que le permite a Marín andar libre, feliz y contento. Ahora, es la Maestra la que está en la cárcel. El Verdugo dice: que cosas tiene la vida Mariana.
Gracias.