La herencia del cinismo de Marín

  • Carlos Macías Palma
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@cmaciaspalma

Mario Marín dejó para la posteridad un comportamiento desigual en la clase política, mismo al que acuñó con su famosa frase: si es mi voz, pero no soy yo. Es decir, negar sus actos pese a las evidencias y tratar de encontrar la justificación y luego el perdón público de su ilegal o impropia conducta.

Los políticos del pasado reciente, hasta antes del caso del “góber precioso” aceptaban su culpa y asumían las consecuencias de sus errores. Pero desde que el entonces gobernador Mario Marín negó ser partícipe de la conversación con Kamel Nacif sobre la aprehensión de Lidia Cacho y todo lo que ya sabemos, se ha convertido en práctica común negar los sucesos.

Los pretextos ahora son múltiples: que la grabación está editada; que si soy yo, pero la grabación está fuera de contexto; que esa grabación es de hace varios años y no es apegada a la realidad; que me quieren perjudicar como parte de la guerra sucia; que inventan para bajarme en las encuestas y una serie de evasivas para justificarse.

Así como la sociedad internacional escuchó a Mario Marín en su conversación con Kamel Nacif y luego con Jesica Samitis, los poblanos también escuchamos a José Juan Espinoza y la alcaldesa de San Pedro Cholula Dolores Para y ahora al diputado bajacaliforniano Rubén Alanis que repite: si es mi voz pero no fue así y bla bla bla.

Y es que a este legislador lo grabaron teniendo una conversación amorosa con un joven de 15 años de edad. Y ahora dice que presentará una denuncia por difamación; y que el joven no tiene 15 sino 21 años y una sarta de explicaciones con las que pretende justificarse de sus actos.

Pues bien, el tema es que pese a todo, los políticos de todos los partidos siguen el ejemplo de Mario Marín. El ex gobernador poblanos dejó una herencia de cinismo que ha sido bien aprovechada por todos aquellos que igual que él, incurren en acciones ilegales. Es el legado marinista, la herencia para todos aquellos corruptos que pretenden salirse con declaraciones y negativas de sus errores. O sea que a Marín deben agradecerle haber creado la Licenciatura en Pretextología para los políticos. Salud, señor licenciado, notario y actuario.

El Verdugo

Una semana después de su triunfo para gobernador, Mario Marín se reunió en Atlixco con la estructura priista. Ahí gritó que ahora “vamos por la presidencia de la República. Poco más de un año después se convirtió en el gobernante más despreciado por la sociedad. El Verdugo dice: la soberbia lo mató.

Gracias