“Bloquéame pero no me dejes”: La paradoja del fin de cursos.

  • Juan Martín López Calva
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1.-Las semanas de nada.

A pesar de que el calendario oficial de la Secretaría de Educación Pública a nivel federal marca como fecha de fin del ciclo escolar 2012-2013 el viernes 5 de julio, en la mayoría de las escuelas las clases terminarán en el mejor de los casos el viernes de esta semana, 28 de junio si no es que antes. En muchas instituciones educativas se han enviado ya circulares a los padres de familia notificando horarios o días escalonados de asistencia para los niños de los diferentes grados escolares y programas de actividades en las que algunos días se asiste solamente a la ceremonia cívica o festival de fin de año, otros a recoger boletas de calificaciones, etc.

De hecho los alumnos llevan ya varias semanas asistiendo a la escuela sin tener actividades de aprendizaje normales, semanas que recuerdo haber calificado en un artículo sobre el mismo tema publicado por estas fechas el año pasado, como “semanas de nada”, porque los niños y adolescentes de primaria y secundaria se quejan de que asisten a las aulas a no hacer nada y muchos profesores manifiestan  que tienen que inventar actividades para entretener a los estudiantes esperando que llegue el ansiado momento de la clausura del ciclo.

En el artículo que refiero, señalé de manera clara el problema estructural que está detrás de estas “semanas de nada”. Este problema tiene que ver con que desde la parte final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, siendo secretario de educación el Dr. Ernesto Zedillo, se decretó que el ciclo escolar aumentara para sumar 200 días “efectivos” de clase sin poner las condiciones para que este cambio impactara en la calidad educativa.

Porque esta decisión de ampliar el calendario escolar no estuvo acompañada de los cambios necesarios en la parte administrativa y burocrática para garantizar que los 200 días “efectivos” de actividad escolar fueran realmente efectivos.

En efecto, la SEP no ha cambiado sus tiempos de cierre administrativo y exige a las escuelas la entrega de las calificaciones y toda la documentación del ciclo escolar en fechas muy anticipadas, lo que provoca en período de vacío en el que los estudiantes, los maestros y los padres de familia saben en realidad el período ha terminado y que no hay ya calificaciones ni elementos oficiales en juego durante prácticamente el último mes que marca el calendario, fomentando muchos días de simulación.

2.-El miedo a la libertad.

En el minuto 42 de la película mexicana “¿Cómo ves?” de Paul Leduc –que se puede ver completa en esta liga: http://www.youtube.com/watch?v=83xMRY_DjZQ -, hay una escena que me vino a la mente al pensar en la paradoja que se manifiesta en la actuación de los profesores durante estas “semanas de nada” que enmarcan el final de cada año escolar.

En esta escena, una muchacha, miembro de una banda de jóvenes marginados del Distrito Federal, imagina que ella y sus compañeros secuestran un avión en el aeropuerto. En la escena se ve un baile y una gran fiesta amenizada por una canción interpretada por la gran cantante Cecilia Toussaint. El funcionario a cargo del aeropuerto reporta a la policía la situación por teléfono. “Quieren cámaras y micrófonos, comandante. Quieren hablar no´más eso quieren…”

La siguiente secuencia muestra a esta joven frente a una cámara y con un micrófono a su disposición. Pasan eternos treinta o cuarenta segundos en los que ella intenta decir algo, lo intenta desesperadamente…pero no logra articular ni una palabra.

En mi trabajo como formador de docentes escucho desde hace muchos años y de manera constante la queja de los docentes que afirman estar limitados en sus posibilidades didácticas y en su potencial como educadores por las restricciones burocráticas que impone la SEP, desde los planes y programas de estudio que consideran impuestos y critican muchas veces como inadecuados hasta el tema de la calificación que ven como otra barrera para generar un proceso de aprendizaje libre, creativo y significativo con sus alumnos.

“Quieren hablar, quieren crear, quieren tener libertad para educar…No´más eso quieren” diríamos parafraseando la escena reseñada. Sin embargo, año con año estos profesores que se sienten reprimidos y anulados por la SEP, coartados en su creatividad pedagógica, limitados en su libertad para generar aprendizaje significativo por las trabas burocráticas, cuentan prácticamente con un mes en el que ya no están sujetos a estas restricciones ni tienen que trabajar bajo el “yugo” de la burocracia y la presión de las calificaciones.

Uno pensaría que sabiendo desde agosto que inicia el ciclo escolar que tendrán estas semanas finales de libertad amplia para ejercitar su creatividad docente, los niños asistirían felices las semanas que marcan el final de cada año porque estarían compartiendo con sus maestros y maestras experiencias ricas, creativas y significativas de aprendizaje que no pudieron tener durante el resto del tiempo por las restricciones que impone la burocracia del sistema.

Sin embargo los alumnos esperan con ansia que el suplicio termine y cuentan las horas que faltan para el último día –que siempre es antes del que marca el calendario- en que tendrán que asistir a la escuela.

Tal parece que así como la esposa maltratada le pide al marido machista: “Golpéame, pero no me dejes”, los profesores envía a la SEP el mensaje: “Bloquéame y mata mi creatividad, pero no me dejes”.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).