A escasamente mes y medio de la jornada electoral del 2 de junio, el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente al trimestre  enero-marzo  de 2024 y de no ser porque la percepción de inseguridad en el país repuntó ligeramente respecto de diciembre de 2023, la campaña de Morena-PT-PVEM y la mañanera de Palacio Nacional del 18 de abril  se hubieran “cubierto de gloria” destacando las bondades de la atención de las causas de la violencia y la estrategia de seguridad de “abrazos, no balazos”.

Pero como no fue así las autoridades federales han tratado de capitalizar los supuestos logros en materia de Carpetas de Investigación iniciadas por las Fiscalías Generales de Justicia de los estados y de la Ciudad de México con motivo de los delitos del fuero común registrados en el país durante la presente administración, comparando las cifras de marzo de 2024 contra las del mes que más les convenga en términos de porcentaje a favor, que puede ser julio de 2018, diciembre de 2018 e incluso enero de 2019, cuando ya estaba en funciones el actual gabinete de seguridad.

La falta de rigor metodológico es tal que en el comparativo de homicidio doloso 2018-2024, se mezclan cifras del censo de defunciones  del INEGI y de víctimas de homicidio doloso del Sistema Nacional de Seguridad Pública, dando como resultado una cifra alegre del 22 por ciento menos; pero eso no fue lo que prometieron, dijeron que bajarían un 50 por ciento desde el primer año de gobierno, es decir de 36 mil 685 a 18 mil 342 homicidios dolosos únicamente, cifra que no vemos por ninguna parte pero siguen haciendo campaña como si no hubiera pasado nada.

Vayamos por partes. Al comparar el mes de julio de 2018 (3 mil 74 víctimas de homicidio doloso) con marzo de 2024 (2 mil 415) el descenso es del 21.4 por ciento;  pero si a ese tipo de comparación nos vamos, lo correcto sería comparar el último mes de la administración de Enrique Peña Nieto (noviembre de 2018 con 2 mil 728) con el más reciente de López Obrador (marzo de 2024 con 2 mil 415) y aquí la reducción ya no sería del 21.4 por ciento, sino tan solo del 11.5por ciento, mucho menor al 22 por ciento que se “vende” mensualmente en la conferencia “mañanera”.

Un dato adicional es el que maneja la candidata oficialista y que gira en torno a una comparación anualizada con el 22 por ciento de reducción, sin embargo, al no estar actualizadas las cifras del INEGI (lo estarán hasta octubre de 2024, ya que esta administración federal haya concluido), el resultado tampoco es válido.

Pero volviendo a su lógica de comparar los mejores meses de López Obrador contra los peores de Peña Nieto, así como los peores de López Obrador contra marzo del mismo López Obrador, se tienen “otros resultados”.

En materia de feminicidio, el gobierno federal dice que han disminuido un 19.1 por ciento entre diciembre de 2018 (101 víctimas correspondiente a la administración de López Obrador) y marzo de 2024 (71 víctimas también correspondientes a López Obrador). Lo que no dice es que al comparar noviembre de 2018 (último mes del sexenio de Peña Nieto) cuando solo hubo 68 feminicidios contra marzo de 2024 (mes más reciente de López Obrador) cuando se registraron 71, el resultado es negativo, ya que, en vez de registrarse un descenso, lo que aconteció fue un incremento del 4.4 por ciento.

Para cerrar estos emblemáticos ejemplos se tiene que según la administración del presidente López Obrador el secuestro disminuyó 82 por ciento, pero lo hace comparando el mes de enero de 2019 (161 Carpetas de Investigación en lugar de víctimas de secuestro) contra marzo de 2024 (29 casos), ambos ya como parte de su gobierno, lo cual le resta valor al resultado.

En síntesis, todas las cifras que el gobierno federal ha presentado ante la ciudadanía están manipuladas a favor de Morena. Por lo pronto esas son y seguirán siendo las banderas de lucha de la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum y luego no quieren que los contradigan o los paren los encapuchados en un retén en Chiapas.

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