En los últimos días se ha hecho viral el caso de Mazatlán acerca de las bandas y la inconformidad de los turistas extranjeros acerca de ellas, abriendo de manera más clara la discusión acerca de la gentrificación. Un problema de migración que debería levantar las alertas de manera más urgente.

La gentrificación es una problemática que de unos años a la actualidad ha comenzado a causar estragos en la manera de vivir de las personas locales, donde, ante el incremento de extranjeros que se mudan tanto de forma temporal como permanente, provocan que los precios de las rentas y productos básicos incrementen.

Esto, debido a que dichas personas, no pagan impuestos y disfrutan de los beneficios de trabajar de manera remota pagados con un salario en una moneda extranjera gozando de los beneficios de una vida más barata que en sus países. Lo cual causa que las personas locales, quienes tienen un salario en pesos, no puedan igualar los precios.

De acuerdo con los datos de El Financiero en Ciudad de México, la alcaldía Cuauhtémoc, durante 2022, las rentas tuvieron un alza anual del 60 por ciento, donde la renta pasó de 17 mil 780 pesos a 28 mil 542 pesos.

Cuando se habla de migración en México normalmente se señala a los migrantes sudamericanos ilegales que utilizan a nuestro país como el último país a cruzar antes de llegar a Estados Unidos, donde, de acuerdo con Human Rights Watch, en 2021, las autoridades detuvieron a más de 307 mil migrantes, con políticas migratorias sumamente rígidas.

No obstante, la historia sobre la regulación migratoria cuando se trata de migrantes de países occidentales es muy diferente; la gentrificación siendo un resultado claro de esta poca regulación.

Es necesario recordar que la migración es un derecho humano. Cualquier persona ilegal o legalmente, tiene derecho a mudarse de país en busca de una vida mejor. No obstante, el contraste entre buscar una vida mejor y sacar provecho de un país con una moneda más barata donde no se pagan impuestos, es un factor determinante en cómo se refleja un privilegio y no una situación de carencia y desigualdad.

México es uno de los países que es reconocido mundialmente por su amabilidad y simpatía con extranjeros, por ser un país que comparte con el mundo su riqueza cultural.

Sin embargo, cuando esto causa estragos en la forma de vivir de los locales o el intento de imposición cultural por parte de extranjeros, cambia de un fenómeno de migración legal, a otro factor en la balanza de desigualdad y privilegio en un país que ya de por sí lucha con el clasismo.

Es necesario aclarar que esto no es un llamado a prohibir la entrada a ningún migrante, si no un llamado a las autoridades a contribuir con la regulación de un fenómeno que obliga a las personas locales a desplazarse.

Ya sea con el pago de impuestos, estadías más cortas, entre otras, que se le pueda hacer frente al fenómeno que sí amenaza el estilo de vida de las y los mexicanos, donde el paraíso fiscal para unos, un estilo de vida barato a comparación de los salarios, significa el abandonar el hogar para otros.

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