Medios de comunicación como industria de odio

  • Rodrigo Rosales Escalona
La pugna por la democracia y el poder gubernamental, implica diversas tendencias enfrentadas

En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres
Suetonio, historiador romano

La memoria histórica es fundamental para analizar conductas y perfiles de comportamiento humano y social, donde los actores políticos, económicos y de gobierno, quedan al desnudo en su actuar cuando sus intereses van en contra de la justicia y sociedad en su conjunto; también, en el momento en que las élites recurren a diversas artimañas para demeritar las leyes y hacerlas amasijo de presión contra las demandas de una nación o pueblo que exige democracia y soberanía, sin olvidar que medios de comunicación sirven como arietes de propaganda a ponderar sus acciones e intereses y golpear, deformar, vituperar, mentir...a aquellos que no pertenecen a esa burbuja dominante.

En la Revolución Mexicana, queda inscrita la razón justa de un pueblo para liberarse de una dictadura porfirista, sin embargo, también la perversidad de intereses por el poder, recordando que si Francisco I. Madero fue uno de los iniciadores de la Revolución, y luego designado como Presidente de la República, ya sea por su forma de aplicar su política hacia su gobierno, como también a enfrentarse a otros por su visión de la revolución incipiente, también están en juego intereses del imperialismo norteamericanos con el fraguar del golpe militar para derribar a Madero.

En el presente, entre la insistencia de grupos oligárquicos por mantener sus batallas y guerra contra un gobierno que no corresponde a sus intereses de oprobio contra la nación y pueblo, asociados a una maquinaria jurídica en su mecánica de lawfare, que es una guerra política por la vía judicial-mediática, con intereses económicos, políticos y geopolíticos ocultos a la opinión pública. Incorpora jueces, corporaciones de la comunicación, periodistas y líderes de opinión, que usan la guerra blanda para insertar entre la población sentimientos de odio, miedo, incertidumbre, desconfianza y polarización, fue y sigue siendo fundamental a su favor como en contra de sus enemigos políticos, que en el caso de Francisco I. Madero, la  prensa escrita, llamada también el cuarto poder, tuvo influencia importante en la capital del país y especialmente en la comunidad intelectual y académica de la época.

Entre los diferentes acontecimientos que propiciaron la caída del régimen de Francisco I. Madero estuvo el de la actitud de la prensa opositora que supo manejar la opinión pública entre el estallamiento de la Revolución Mexicana y los trece meses de la administración maderista, lo cual significó poco más de dos años de vituperios y de comportamiento asimétrico al del gobierno porfiriano. No fue casual que tras la caída del presidente Madero los directores, editorialistas, periodistas y algún caricaturista se sentaran a la mesa de Victoriano Huerta a felicitarse por su "patriótica actuación" y brindar por el retorno de la paz que un régimen dictatorial les aseguraba como antaño.

La llegada de Madero a la primera magistratura de la nación dejó fuera del presupuesto y de las prebendas del gobierno anterior a muchos de los intelectuales y hacedores de la prensa favorable al general Díaz y su obra. Los diferentes grupos que crecieron a la sombra del Porfiriato vieron desmoronarse un castillo pletórico de canonjías y privilegios cuando los "sombrerudos del norte", encabezados por un empresario joven e idealista, obtuvieron la renuncia del perenne ejecutivo de hacía 33 años, y organizaron un proceso electoral distinto al que estuvieron acostumbrados hasta 1910.

Consideremos que la prensa del porfirismo fue parte importante del acontecer político de la época. Si bien hubo periódicos y periodistas oficiales que tras el "embute" y el financiamiento a sus diarios como El Imparcial, El Universal (El Imparcial, apéndice de El Universal), El Mañana y El Diario-, que dieron a conocer la singular construcción de don Porfirio, siendo el papel que la oposición (reacción) al régimen maderista fue eslabonando mediante estratagemas específicas, como resultó en el caso del periódico El Mañana entre 1911 y 1913, a fin de lograr la vuelta al Antiguo Régimen y/o la conservación del establishment porfiriano.

"Aún es tiempo de salvar a la patria", postrimerías de El Mañana.

Meses donde comenzó con una nueva andanada de acusaciones y solicitudes para que Francisco I. Madero dejara la presidencia, pero ahora Rábago intensificó los vituperios culpando al presidente de la sangre derramada "por compatriotas mexicanos en una autofagia curiosa" y calificando a la administración como la "Madero Hermanos Standard Oil Company", esto como reacción a la iniciativa de Gustavo A. Madero para autorizar un impuesto que tasara la exportación de petróleo a las compañías extranjeras.

Guerra mediática que se conjugó con la postura de los herederos del porfiriato como también del gobierno norteamericano del presidente William Taft y su embajador Henry Lane Wilson, gobierno que no compartía opinión positiva con Madero, al considerarlo de “ideas” ajenas a los intereses del imperialismo norteamericano.

Ricardo y Jesús flores Magón, cuestionaron la postura de dichos periódicos, al acusarlos de incitar a una contrarrevolución, por su publicación en especial del periódico El Imparcial, de publicar que:

“Madero no garantiza nada, es incapaz de responder de la suerte de los enormes intereses que durante tan largo periodo de paz han crecido en el país. La disidencia de sus cabecillas indica su absoluta imposición sobre ellos y por si no bastara ahí el famoso Plan de San Luis, que es un programa disolvente”, escribió un periodista anónimo en la edición del 10 de mayo de 1911 en un artículo titulado “La anarquía”.

“La voz tiene poder, la gente escucha cuando hablamos; no se trata de combatir el terrorismo con la violencia sino con las palabras”: Malala Yousafzai, activista y Premio Nobel de la Paz en 2014.

Ante la polémica contra Madero, el periódico El Imparcial, hermano menor de El Universal, ambos fundados por Rafael Reyes Spíndola, adoptó una posición contestaría hacia Francisco I. Madero, cuyo gobierno tildaron de insostenible, lo acusaron de censurar a la prensa y no valorar su papel; en sus artículos presentaron el miedo de una clase privilegiada como el miedo de la población, silenciando su asesinato.

Una mujer con valor y dolor del artero asesinato de su esposo Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez, Sara Pérez viuda de Madero, a quien el periodista norteamericano Robert Hamond Murray, del periódico New York World, la entrevistó el 15 de agosto de 1916, derivó en revuelo, al denunciar que el embajador norteamericano Henry Lane, colaboró en el golpe de Estado y asesinado.

En la entrevista relata que luego de enterarse de la detención de su esposo, de inmediato buscó platicar con el embajador, y ya frente a él, le solicitó que intercediera para evitar que lo asesinara el golpista Victoriano Huerta. A su vez, le dijo que su esposo y Pino Suárez, de lograr ser liberados, partirían a Europa, ante respuesta negativa del embajador, la esposa de Madero le dijo:

-Será usted tan bondadoso -le respondí entonces- de enviar este telegrama al presidente Taft, escrito y firmado por la madre del presidente, en espera de su respuesta.

Siendo que el 20 de febrero es enviado el telegrama, con renuencia del embajador, recibiendo respuesta el 10 de abril, explicando que ante la situación, el resultado “que no pudieron ser más enérgicos de lo que fueron”, firmando el secretario de Estado, John Moore.

La respuesta del embajador a la esposa de Madero fue contundente:

“Seré franco con usted, señora. La caída de su esposo se debe a que nunca quiso consultarme...” Usted sabe, señora, que su esposo tenía ideas muy peculiares...” “Pino Suárez es un mal hombre y no puedo dar ninguna seguridad. Es el culpable de la mayor parte de las dificultades que ha tenido su esposo de usted. Esa clase de hombres debe desaparecer, es uno de los jefes de la porra”.

Frente al embajador le insistió por la vida de Madero y Pino Suárez, recibiendo la respuesta siguiente:

Se encogió de hombros. Me dijo que el general Huerta le había consultado qué debía hacerse con los prisioneros. “¿Y qué le contestó usted?”, le pregunté. Le dije que hiciera lo que fuera mejor para los intereses del país”.

El resultado final es ampliamente conocido y documentado en la historia. La ejecución de ambos, donde Huerta fue la respuesta de los enemigos de Madero, y gracias al beneplácito del gobierno imperialista norteamericano.

El 22 de febrero de 1913 Francisco I. Madero fue asesinado junto a José María Pino Suárez por órdenes expresas de Victoriano Huerta, quien, respaldado por el poder de un puñado de generales, habría de hacerse con la presidencia de México durante un año.

El asesinato de Madero nunca se manejó como tal, pues medios de comunicación como El Universal o El Imparcial, explotaron el miedo, el amarillismo y presentaron las preocupaciones de un grupo de élite intelectual denominado “Los Científicos” como las preocupaciones de la población. Aseguraron en su primera plana que Madero y Pino Suárez habían renunciado dejando al Congreso preocupado y sin quórum.

En este México donde la oligarquía y poderes fácticos asumen similar papel de mantener una guerra sucia sembrando mentiras y manipulaciones en sus medios de comunicación, donde escriben en esa antigua estrategia editorial de El Imparcial, sigue vigente con su hermano mayor El Universal y con otros medios de comunicación que, tras la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador han calificado su “cuarta revolución” como insostenible y peligrosa para México. Plumas y voces en radio como en televisión y redes, el miedo de una clase privilegiada que no han parado de criticar los puntos sin resolver del gobierno en turno. Han ido más allá al invocar la libertad de expresión para defender la libertad de empresa, poseen la capacidad de presentar el miedo de unos como el de todos, creando una realidad construida por los articulistas y editorialistas. Como ejemplo, como lo redactó el director de e-consulta, Rodolfo Ruiz, atinadamente:

“Con eso de que en la guerra y el amor todo se vale, a nadie debe extrañar que en la actual coyuntura política electoral los partidos y candidatos se valgan de las nuevas tecnologías, del big data y la inteligencia artificial para manipular creencias y la opinión pública, distorsionar de manera deliberada la realidad y generar percepciones equivocadas sobre determinadas situaciones y personajes en competencia por un puesto de gobierno o posición parlamentaria”.

rodrigo.ivan@yahoo.com.mx

Fuentes
Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Martha Beatriz Loyo (editora), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 21, 2001, p. 31-57.
El Mañana, 24 de diciembre de 1912; sobre la política laboral de Madero, véase Jesús Méndez, La política económica durante el gobierno de Francisco I. Madero, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1996, p. 125-141.
Isidro Fabela. Revelaciones de Sara Pérez de Madero. Revista Relatos e Historia de México. No. 184. 2024. con N. de E. Este texto proviene de la obra Historia diplomática de la Revolución mexicana, I. (1912-1917), México, FCE, primera edición de 1958.

 

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Rodrigo Rosales Escalona

Periodista y analista político en medios locales y nacional, filósofo, docente en nivel superior, activista social, comprometido con la justicia.